El edificio derribado estaba en la calle Miquel Mir. | Juanjo Roig

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Las obras de reforma y ampliación de la residencia Miquel Mir de Inca ya han comenzado con el derribo de una casa central que se volverá a levantar para incorporarse al edificio de la residencia y completar así el volumen de la manzana.

El presidente del IMAS y conseller de Afers Socials del Consell, Javier de Juan, explicó ayer que «la pandemia nos obligó a realizar un parón en el proceso, pero en febrero pudimos adjudicar las obras que ya han arrancado o y que durarán unos 24 meses».

El proyecto contempla la reforma integral del actual edificio y la incorporación de la estructura que se construirá en el lugar donde ahora se han derribado las casas. El conseller relata que «se levantará una fachada más moderna, pero acorde con el resto de las edificaciones existentes. El modelo que aplicamos desde el IMAS en las nuevas infraestructuras busca integrar estos edificios en la convivencia ciudadana y en el centro urbano. Por eso, dispondrá de cristaleras que permitan observar desde fuera el patio interior y abrir la residencia a la vida cotidiana». El alcalde de Inca, Virgilio Moreno (PSOE), se muestra satisfecho con el inicio de las obras. «Es un paso más en el objetivo de lograr que la residencia vuelva a abrir y se convierta en un centro sociosanitario de referencia en la comarca», concluye.

Las obras se adjudicaron a la UTE formada por Antonio Gomila SA y Sampol Ingeniería y Obras SA, por 3.050.736 euros. Una vez finalizados los trabajos la residencia Miquel Mira contará con 40 plazas de residencia para dependientes, así como 24 plazas destinadas a los usuarios del centro de día.