Imagen del torrente de Sant Llorenç, en el aniversario de la tragedia. | Teresa Ayuga

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Inundaciones como las ocurridas en Sant Llorenç des Cardassar en 2018 serán de cada vez más frecuentes, según avisan los expertos en hidrología. El geógrafo y profesor de la Universitat de les Illes Balears, Joan Estrany, explica que no se trata de un proceso monocausal, sino que existen varias razones por las que se producen las torrentadas.

En primer lugar, el experto asegura que la «naturaleza tiene ciclos que se suelen repetir y se intercalan en periodos de tiempo con meteorología más severa y otros que no». El profesor explica que existen evidencias de que los cambios en los patrones climáticos están relacionados con el calentamiento global y que su causa es la emisión de gases de efectos invernadero como consecuencia de la actividad humana. «Llueve más intensamente pero en menos episodios. La tendencia es que la media anual por precipitaciones en Baleares se mantiene, pero se alcanzan con menos episodios de lluvias», afirma.

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Urbanismo

Estrany apunta a que otro factor determinante es la ocupación urbanística que se hace el territorio. «Estamos ocupando el camino del agua, indistintamente de si de cada vez las lluvias son más fuertes o no», asegura. El experto asegura que el incremento de la población ha provocado que se construya en los lechos de los torrentes, como puede ser el caso de Sant Llorenç des Cardassar o Ferreries, un hecho que provoca que se ponga más en peligro a la población.

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El experto insiste en la prevención para evitar estas catástrofes y adelanta que el Govern, junto con la Universitat de les Illes Balears y la Fundació Universitat-Empresa, ha firmado un convenio para la transformación y el desarrollo de la red de estaciones hidrométricas de la UIB, gestionada por el grupo de investigación MEDHYCON como sistema de alerta temprana y gestión de emergencias frente a los riesgos de inundación en las Islas Baleares. Los primeros pasos para completar la herramienta de alertas tempranas se realizarán en las cuencas de los municipios de Sant Llorenç y Artà.

Por su parte, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) también ha relacionado en numerosas ocasiones las inundaciones en zonas de Europa con la situación de cambio climático y avisa de que las lluvias torrenciales serán cada vez más frecuentes.

El apunte
Ana Largo

Un nuevo plan ante episodios de gota fría cada vez de mayor riesgo

Ana Largo

Baleares ha actualizado su plan especial ante un riesgo de inundaciones después de quince años teniendo en cuenta las amenazas del cambio climático para las Islas. En plena temporada de lluvias intensas e inundaciones, el nuevo INUNBAL se presenta más necesario que nunca por el riesgo cada vez mayor de esos episodios y el aumento de su frecuencia.

El nuevo plan revisa los protocolos, la normativa y los recursos para poder hacer frente a cualquier situación de riesgo grave o emergencia producida por las inundaciones. De este modo, se contempla el riesgo que sufren las islas por el hecho de tener un clima mediterráneo, con inviernos suaves y veranos muy calurosos y secos, con unas temperaturas extremas que se ven atenuadas por la proximidad con el mar. Las gotas frías son frecuentes los meses de otoño, lo cual constituye las inundaciones como el principal riesgo natural de nuestro territorio, con daños considerables cuando se producen, como ocurrió hace tres años en Sant Llorenç. Una de las novedades es que se avanza la fase de preemergencia, para alertar de un periodo en el cual es previsible que se produzcan determinados incidentes. Es una fase que se avanza y ahora se mantendrá activa del 15 de agosto al 30 de noviembre.

Otra de las principales novedades es que los municipios tienen que identificar los puntos de afectación por desbordamiento de torrentes, sobre todo en los tramos que discurren por zona urbana, y escoger qué medidas y acciones preventivas implantarán de forma transitoria para evitar daños personales y también a los bienes y al medio ambiente. Ante ellos se establecerán medidas de prevención y reducción de riesgos, por ejemplo, a través de la ordenación del territorio y la planificación urbanística, teniendo en cuenta que la primera alternativa siempre tiene que ser evitar el desarrollo urbanístico en zonas inundables. En caso de que este ya esté previsto, la prioridad tiene que ser el diseño de edificaciones, la ubicación del edificio dentro de la parcela y evitar que las plantas de los edificios en las cuales se tolere una inundación no sean habitables o contiendan bienes importantes.