Los regidores se sentaron como antes de la pandemia.

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El pleno del Ajuntament de Felanitx se esperaba movido y así fue. No había sorpresas escondidas porque todos venían con el guión bien aprendido. La regidora del PP, Catalina Soler, era el foco de las dianas y el PSOE la principal acusación. La convocatoria para cubrir una plaza de subinspector de la Policía Local, de régimen interno, y a la que sólo podía acceder un oficial -que es el marido de Soler- dinamitó las redes sociales con infinidad de comentarios, tanto a favor como en contra. El PSOE acusa a Soler de «un flagrante caso de nepotismo». Piden su dimisión, la del alcalde, Jaume Monserrat (PI), y del regidor Aznar, todos del gobierno local, por el hecho que participara de la mesa de negociación donde se aprobó continuar con la convocatoria de la plaza que ya había salido a concurso años atrás precisamente cuando Soler no gobernaba.

Soler repitió una y otra vez que no ha «cometido ninguna ilegalidad» e instó al PSOE a acudir a los tribunales si ha cometido irregularidades. «Habéis esperado dos días antes del examen para montar un show mediático», dijo. «Las bases son las mismas que los años anteriores de acuerdo a la Ley». Damiana Massutí (PSOE) insistió, erre que erre, que «Soler ha cometido ilegalidades».

Como en un partido de tenis, las críticas iban y venían. Más moderado estuvo el Bloc que considera la presencia de Soler de «poco ética». Para Miquel Lluís Mestre «no es la persona más adecuada para estar al frente de Recursos Humanos por cuestiones obvias, no por capacidad. En un momento u otro esto tenía que estallar». El alcalde espetó al PSOE que la acusación «es fruto de la rabia que tenéis de no estar en el gobierno local».