La regidora de Hacienda, Ruth Mateu, el alcalde Toni Mir y su aún socia Katia Rouarch. | Redacción Part Forana

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El pacto tripartito del Ajuntament d'Andratx se tambalea. La abstención ayer de uno de sus socios, el PI, en la votación de los presupuestos municipales, deja contra las cuerdas el gobierno que desde el mes de mayo encabeza el socialista Toni Mir con el apoyo de los regionalistas y de Més. De hecho, tuvo que ser el voto de calidad del primer edil el que salvara lo que hubiera sido la tercera ocasión en la que las cuentas del consistorio no salían adelante, tras dos intentos frustrados por sendos errores de bulto en su confección.

El resultado de la votación arrojó los siete sufragios favorables de Més y PSOE frente a los siete contrarios que sumaron los regidores del PP, Ciudadanos y UP. Los tres ediles del PI optaron por la abstención tras una dura intervención de Llorenç Suau, que lamentó una gestión que «impide» a los regionalistas prestar su apoyo. Tras lamentar haber sido excluidos de la redacción de las cuentas públicas, Suau, que fuera alcalde de Andratx con el PP, admitió que el municipio necesita ya un cambio de rumbo. Desde Ciudadanos, Ángel Hoyos habló de «esperpento» para referirse al «espectáculo» vivido en las últimas semanas, y volvió a acusar a la regidora eco soberanista, Ruth Mateu, de «regar» a asociaciones afines para intentar crear una «red clientelar».   

Desde el PP, Estefanía Gonzalvo insistió durante todo el debate en la necesidad de retirar los presupuestos para conseguir una aprobación que cuente con un mínimo consenso, y sin tener que salir adelante gracias al voto de calidad del alcalde. La situación vivida ayer tarde, en una sesión plenaria que se prolongó hasta bien entrada la noche, deja de hecho serias dudas sobre el recorrido que pueda tener en un futuro un pacto de gobierno, que ya desde dentro muchos regidores dan por roto.