Desde joven tuvo claro que quería ser arqueóloga y no ha parado hasta hacer de su pasión su día a día. Cristina Rihuete (Barcelona, 1966) es la directora del Museu Arqueològic de Son Fornés, en Montuïri, y combina esta actividad con la docencia dando clases en la Universitat Autònoma de Barcelona. Durante su formación, estudió un postgrado en Chicago y se especializó en antropología física con sus tesis sobre la Cova des Carritx de Menorca.
¿Cómo llegó a Son Fornés?
—Cuando tenía 22 años me dieron una beca para seguir formándome y me centré en los trabajos de excavación de la Cova des Carritx en Menorca, que es un hito dentro de la arqueología. Cuando estaba ahí, surgió el proyecto de Son Fornés y el museo del Molí des Fraret cogió mucha fuerza y nos pusimos en marcha. Trasladamos todo el material que se había encontrado en Son Fornés, y que estaba almacenado en el Museo de Mallorca, e iniciamos las tareas de restauración para poder mostrarlo porque los materiales cuando están más protegidos es de cara al público.
¿Y también se empezó a preparar la divulgación?
—Por supuesto. Lo importante de nuestro trabajo es que llegue a las personas porque la fase de investigación termina con la divulgación al gran público.
¿Cómo se lleva a cabo esta divulgación?
—Un museo del siglo XXI debe tener una parte que explique qué pasó y que permita incidir en cómo se producen los conocimientos, lo que llamamos la cocina arqueológica. En Son Fornés tenemos a Paula Amengual y Lara Gelabert que conocen muy bien este proceso y lo tienen muy presente cuando organizan las actividades. Todo ello nos hace más real el vínculo entre el museo y el yacimiento sin abandonar el programa didáctico y de excavación.
Hace poco han empezado las obras del nuevo museo de Son Fornés. ¿Qué papel jugará esta instalación?
—La ubicación del nuevo museo, justo al lado del yacimiento, tiene unas características ideales para hacer exposiciones en condiciones y muchas actividades. También tendrá un espacio para la formación y la gente especializada. Además, el nuevo museo permitirá impulsar el primer parque arqueológico de Mallorca, que explicará lo que pasó y cómo se produce el conocimiento arqueológico.
¿La nueva infraestructura también servirá para atraer más turismo?
—Seguro que sí, aunque el sector turístico no se termina de creer el potencial de los yacimientos y que es necesario invertir en este campo. El modelo de sol y playa está agotado y tenemos el deber de crear riqueza a través de nuestro patrimonio (la gastronomía, tradiciones y el yacimiento). Ahora el Pla de Mallorca impulsa un plan turístico que va en esta línea y es por ahí que debemos seguir.
¿Por esta razón se trabaja en crear una unión entre las islas del Mediterráneo con importantes yacimientos?
—La verdad es que un proyecto pionero que atraerá un turismo que busca un plus en sus viajes. Se busca crear un vínculo de islas talayóticas ciclópeas en el Mediterráneo y es un reto para los próximos años. Se pondrá nuestro patrimonio al servicio de la industria para generar riqueza. Son Fornés no es solo cosa de Montuïri, sino que es supra insular, y le corresponde un lugar destacado en el Mediterráneo y lo tendrá.
¿Falta apoyo institucional hacia los yacimientos?
—Sin duda. El problema en Mallorca es que no hay un proyecto de identidad. Se hace investigación, pero es muy especializada. Lo lógico sería que la universidad del lugar tuviera algún proyecto, pero también es verdad que falta apoyo.
¿Qué ha supuesto Son Fornés para su carrera profesional?
—En Son Fornés he aprendido que los procesos de conservación para proteger el yacimiento tienen que ser reversibles. Este yacimiento nos tienen que sobrevivir y lo tenemos que dejar en las mejores condiciones y nuestro objetivo es que el área de investigación quede delimitada para saber el trabajo del futuro. SonFornés está ubicado en un enclave privilegiado, sin presión urbanística y rodeado de un paisaje espectacular que lo rodea. Para mi es muy importante ayudar a su conservación.
¿Por qué se tiene que visitar SonFornés?
—Primero para sorprenderse. Son Fornés es un lugar donde la experiencia incorpora. No decepciona y lo vemos con las visitas escolares. Los niños se sorprenden cuando entran en el talayot porque aumentan la experiencia que puedan tener a través de una pantalla y lo hacen en un sitio rural cuidado.
1 comentario
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Hola Cristina: No sabes cómo me alegra tu proyecto de parque. Ya en 1978, siendo estudiante en ordenación del territorio, lleve la iniciativa de crear un museo de sitio lo que se llamaría más tarde "ecomuseo", en Cambous, en plena Garrigues de Montpellier. La idea era la misma, crear un parque alrededor de cabañas del chalcolitico, dólmenes, tumbas,pozos de "hielo" de edad media, museo de descubrimiento del ecosistema garrigues, todos aquello para promover el turismo cultural a 30km de las en playas. Fue objeto de mi proyecto de fin de estudio