Territorio protegido. El archipiélago de Cabrera fue declarado Parque Nacional Marítimo-Terrestre en 1991 y, últimamente, su estado de conservación ha provocado las quejas de empresarios de la Colònia, que ven limitadas las visitas. Desde Medi Ambient apuestan por su conservación. | Redacción Part Forana

TW
14

«No se puede visitar el Castell, el museo no tiene un horario de apertura establecido y la mayoría de rutas de senderismo están cerradas. Parece la isla del no». Con estas palabras, varios empresarios de la Colònia de Sant Jordi han denunciado esta semana la «degradación» de Cabrera y los perjuicios que les provoca este hecho a nivel empresarial.

Este sector entiende que se debe proteger el Parque Nacional de Cabrera para potenciar su conservación «pero el archipiélago también se debe de dar a conocer. Con las nuevas limitaciones que se han puesto y las restricciones a la hora de pasear por la isla, solo se consigue que de cada vez haya menos gente que quiera ir, lo que nos supone que también haya menos visitantes en la Colònia de Sant Jordi», punto desde donde arrancan la mayoría de embarcaciones que ofrecen excursiones a Cabrera.

La degradación de la isla va acompañada «de la falta de personal, ya que muchos días solo hay un informador por lo que no puede ofrecer todos los servicios como, por ejemplo, las visitas al museo, que en muchas ocasiones está cerrado. El castillo tampoco se puede visitar y no se ofrecen actividades. Los visitantes solo pueden ir a la playa», lamenta una empresaria, que añade que «todo son prohibiciones y limitaciones». Por otra parte, lamentan la reducción en el número de visitas que ha impuesto la Conselleria de Medi Ambient y que se limita a 300 personas diarias. «Se ha reducido en número de visitantes, pero no se ha ganado en la calidad de las visitas», aseguran.

Desde la Conselleria de Medi Ambient desmienten el cierre de las rutas senderistas y explican que «se ha restringido temporalmente el paso por el tramo final del itinerario que va hacia el Castell, por motivos de seguridad, y el último tramo que va hacia el faro de n'Enciola, por la necesidad de restaurarlo ambientalmente».

Sobre el cierre del Castell, fuentes de la Conselleria indican la necesidad de tenerlo cerrado por el estado de ruina que presenta y añaden que «se trabaja en su proyecto de restauración. Actualmente, en colaboración con la direcció general d'Arquitectura, se redactan los pliegos para licitar el proyecto básico». A todo esto, Medi Ambient deja claro que «en ningún caso se ha reducido el número de visitantes» y resalta que «Cabrera es un Parque Nacional, no un parque de atracciones por lo que no puede servir de reclamo turístico para negocios privados».

Punto de vista
Juanjo Roig

Un equilibrio muy difícil

Juanjo Roig

Lo de Cabrera es un gran ejemplo para intentar descifrar qué es lo que el Govern nos está vendiendo desde hace meses con el turismo circular y sostenible. Por una parte son lógicas las quejas de los empresarios, que ven como un atractivo turístico no se aprovecha de una forma en la que tampoco sufra el entorno natural. También se debe entender que hay lugares en los que hay que limitar la presencia humana, a pesar de que casi parezca un lujo reservado a unos pocos.