Domingo Bonnín, presidente de la Federació Balear de Confraries de Pescadors.    | Lola Olmo

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Los pescadores profesionales de Baleares se plantean volver a amarrar la flota, como ya hicieron a mediados de marzo, ante la escalada de precios del combustible. Pese a que no hay una convocatoria de huelga oficial, el presidente de la Federació Balear de Confraries de Pescadors, Domingo Bonnín, reconoce que «hay patrones que me llaman pidiendo que paremos, porque la situación es insostenible y no les salen los números ni con la subvención al gasoil». En marzo, cuando la flota de pesca profesional varó sus embarcaciones, el gasoil estaba a 0,80 euros el litro.

Hasta esta semana, con el gasoil a un euro el litro y la subvención de 0,20 céntimos, el coste de salir a faenar se mantenía en ese nivel, pero ayer, con un precio de 1,149, incluso con las ayudas del Estado sale a 0,949 euros el litro. Y el precio del combustible sigue al alza. «Las cuentas son fáciles de hacer, y no salen; una barca de arrastre lleva 700 litros de gasoil para salir a pescar, y ahora con el buen tiempo es cuando se puede aprovechar para salir más y más lejos, pero si el combustible sube por encima del euro, se van a necesitar mil euros diarios para salir al mar y eso es inasumible, incluso saliendo cada día».

La federación ha elaborado un estudio de la evolución del precio del combustible en poco más de un año. En 2020, el precio máximo fue de 0,595 euros. En 2021 de 0,688. En 2022, ha batido un récord de 1,215 superando el euro por litro pese a la bonificación.