Marc Ferré ha creado nuevas rutas de difusión arqueológica de Sencelles. | Archivo UH

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La difusión del enorme patrimonio arqueológico que conserva la Isla es tan básica para el arqueólogo Marc Ferré (Barcelona, 1972) como las herramientas con las que excava. Desde la Ruta Arqueològica Sencelles-Costitx lleva años dándolo a conocer y ahora es el responsable de la elaboración de las nuevas rutas patrimoniales del Ajuntament de Sencelles, incluidas en un ambicioso programa de estimulación económica.

¿Cuáles han sido los criterios que ha aplicado a la hora de diseñar las nuevas rutas arqueológicas de Sencelles?
— Por un lado hemos establecido dos criterios históricos en su redacción, para ofrecer más variedad. Uno es de tipo cronológico, para tratar la evolución histórica mostrando diferentes periodos, como por ejemplo de la Edad del Bronce a la conquista romana; y otro enfoque temático, con un monumento emblemático y muy representado como son los talaiots. Por otro lado también, en un aspecto más práctico, hemos tenido muy en cuenta criterios de accesibilidad y conservación de los yacimientos a mostrar.

¿En qué modo complementan a las ya existentes en la Ruta Arqueológica?
— Los dos nuevos recorridos ofrecen más variedad al visitante, que podrá escoger según sus intereses o sus necesidades personales, el tiempo del que disponga, etc. Son propuestas que permiten visitar y disfrutar de la Ruta Arqueològica y del rico patrimonio que muestra de distintas maneras.

Estas rutas están dentro de un ambicioso programa de reactivación económica en Sencelles, ¿qué puede aportar el patrimonio arqueológico en ese sentido económico?
— Contribuye a que el público aumente sus visitas al municipio y esto puede repercutir positivamente en los establecimientos y negocios locales. Mucha gente que visita la Ruta Arqueològica Sencelles-Costitx ya se queda a comer en algún restaurante de la zona o visita los pueblos. Intentamos crear red para ayudarnos mutuamente.

El interior de la Isla es muy rico en este aspecto, ¿se valora como merece por parte de los representantes políticos?
— No lo suficiente. Aunque existen programas de ayudas económicas desde el área de patrimonio del Consell tanto para investigar como para la adecuación de yacimientos, estas se deberían complementar con otras inversiones en este campo desde otras administraciones. Por ejemplo, no se destina ni un euro desde las distintas áreas de Turismo cuando es evidente que el patrimonio arqueológico fomenta un turismo cultural y sostenible muy importante en la evolución de la industria turística. Al final el peso recae en los ayuntamientos, que con los limitados presupuestos de que disponen son quienes aguantan la inversión y el mantenimiento de los yacimientos. En el caso de la Ruta Arqueològica Sencelles-Costitx, tenemos verdaderos problemas para mantener un correcto mantenimiento de los yacimientos a lo largo de todo el año. Esto se debe directamente a la falta de ayudas de entidades supramunicipales, ya que las brigadas de los ayuntamientos no dan abasto para realizar estas tareas.

¿Avanza la apreciación de los visitantes de esta riqueza cultural?
— Absolutamente. Gracias al esfuerzo de los diversos equipos que trabajan sobre el terreno, tanto en la investigación como en la difusión y a las administraciones municipales se percibe un interés cada vez mayor. La prueba es el incremento de visitas que experimentamos cada año.

¿Y avanza también su valoración entre los mallorquines?
— Sin duda, la mayoría del público que visita la Ruta Arqueològica es mallorquín. Aunque es necesario desarrollar planes de difusión más potentes desde las administraciones para este patrimonio.

¿Qué nos puede enseñar sobre el presente echar la vista tan atrás en el pasado?
— Nos proporciona un nexo de unión con el territorio que nos rodea. Nos da respuestas para entender mejor nuestro presente, para saber de dónde vienen ciertas prácticas, costumbres, etc. Por poner solo un ejemplo, gracias a las excavaciones en la Cova del Bisbe sabemos que hace más de 3300 años ya existía una agricultura basada en el cereal bien consolidada en Mallorca, así como unas redes de intercambio por dónde llegaban materiales como el marfil de elefante africano. El pasado y el patrimonio histórico y arqueológico nos muestran muchos logros de la sociedades humanas y también muchas situaciones de conflicto que sirven como herramientas para nuestro presente, herramientas que nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones. El pasado nos enseña y nos da cultura.