Rafel Bauçà Ginard posa junto a su libro. | R.P.F.

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El historiador Rafel Bauçà Ginard, de Cas Torrer, posiblemente la primera familia en habitar la Colònia de Sant Jordi, ha publicado Més Taaala que passes dretes! sobre la historia de este enclave costero desde su fundación hasta 1970. A través de entrevistas a primeras y segundas generaciones de Sa Colònia, Bauçàofrece anécdotas sobre Franco, Carlos V, la ex mujer de Rodolfo Valentino, el Marqués del Palmer, Rubén Darío, Joan March y el hijo del Duce. El libro está disponible en la calle Pescadors, 17 y contiene casi 300 fotografías históricas, muchas inéditas.

¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre la historia de la Colònia hasta los años 70?
—Desde hace años he ido recopilando información tras entrevistar a vecinos de primera y segunda generación. También hablé del tema con el historiador de Campos Montserrat Alcaraz, y con mi compañero en el proyecto Fills del seu temps, Cosme Rigo. Maduré la idea y vi la necesidad de publicar estas entrevistas y completarlas con información que ya tenía.

¿A qué hace referencia el título Més ‘Taaala' que passes dretes!!!?
—Tiene dos acepciones. Una la descubrirá el lector a través de una ‘glosa' de un personaje que venía al pueblo a recitarlas. La otra hace referencia al futuro de la Colònia, a las cosas desaparecidas y a las que no se hicieron bien.

¿Qué pretende transmitir en esta obra histórica?
—La autenticidad de la Colònia. Entrevistando a sus habitantes, se muestra una visión mucho más real de la que tendría una sola persona. Busco la imagen real del pueblo a través de testimonios directos de sus moradores, algunos ya fallecidos.

Cuenta que Carlos V estuvo en la zona en la campaña de Argel. ¿Dónde amarró la flota imperial?
—La gente lo comentaba de manera oral. Figura en el libro del historiador Jaume Lladó Ferragut. La flota imperial tal vez atracó en Es Coto o Es Port, el 12 de octubre de 1541.

Otro personaje histórico llegado a la Colònia fue el poeta Rubén Darío. ¿Buscaba inspiración?
—Lo de Rubén Dario no está claro. Gente a la que entrevisté me lo comentó, pero realmente no se sabe. Creo que sí estuvo aquí porque el famoso poeta pudo relacionarse con el Marqués del Palmer, que lo invitaría al Hostal o a la Casa del General. Darío se paseaba por toda Mallorca y le gustaban los espacios exóticos, y la Colònia lo era.

También visitó la localidad el entonces comandante Francisco Franco. ¿Supervisaba las defensas costeras?
—Hay testimonios que garantizan que Franco vino a inspeccionar la costa en una época dominada por el contrabando. También se buscaba mejorar las carreteras, ya que muchos palmesanos se desplazaban hasta la Colònia.

Una vecina destacada fue Natasha Rambova, ex mujer de Rodolfo Valentino, que fotografió los desastres de la Guerra Civil en el sur de Mallorca. ¿Cómo fue su estancia en la localidad?
—Miquel Jaumeta y Sebastià Torrer me explicaron que esta mujer iba muy bien vestida. Se paseaba por el pueblo y fotografiaba a los marineros con las capturas de pescado y a los payeses trabajando en los huertos.

El coronal nazi de las SS Otto Skorzeny pasó temporadas en la Colònia. Se le recuerda por rescatar a Mussolini durante la II Guerra Mundial. ¿Fue otro enamorado de la villa?
—Según Pere Paniza, Es Canijo, venía al hostal a ver a su amigo Charly Probst y quedaba unos días a disfrutar de la Colònia. Montaban juergas, bebían, jugaban... se divertían. Cuando Paniza trabajó en La Lonja, Skorzeny, que se había hecho amigo suyo, lo visitaba para comer arròs de cranca y trasegar grandes cantidades de vino.

¿Qué principales diferencias existen entre el pueblo pescador y agrícola de los años 20 a los 70, narrado en el libro, y la localidad actual?
—Las diferencias son abismales. En aquella época los vecinos sufrían hambre. La Colònia estaba dejada de la mano de Dios. Ni siquiera se sabía si pertenecía a Santanyí o Campos. Estaba abandonada. Lo que pasa es que los coloniers, eran sanos y vivían de una manera muy natural. Existía mucha amistad y hermandad entre los vecinos. No había prácticamente violencia.

Y en los años del desarrollismo la situación cambió.
—Con el boom de los años 60 cambió mucho la situación del pueblo. La guerra enemistó a mucha gente. Y las personas empezaron a vivir de otra manera. Tras la guerra, mucha misa, nacionalcatolicismo y represión. Con el turismo la vida mejoró, los niños tuvieron buenas experiencias (eclosión dels picadors) y se produjo cierto aperturismo porque los turistas estaban mucho más avanzados que nosotros. Eso también nos llevó a la masificación. Sin embargo, entre los coloniers siempre ha existido un sentimiento de pueblo, lo que ha persistido a lo largo de los años. Han mantenido el espíritu de pueblo que les inculcaron sus abuelos y sus padres.