El Dijous Bo del «regreso a la normalidad» congregó este jueves en Inca a miles de personas. Después de dos años atípicos por culpa de la pandemia había ganas de volver a disfrutar de la gran feria de Mallorca y ya las tres ferias previas habían dado indicios de que la cita de ayer podría ser de récord. Quizá por el empuje de estas tres convocatorias anteriores y el de un Dimecres Bo que fue multitudinario desde primera hora de la tarde, el Dijous Bo registró una gran afluencia de público pero no se vieron las aglomeraciones, muchas veces incómodas, de anteriores ediciones. La tradición marca que el Dijous Bo es la gran jornada de Inca, pero los mallorquines se empiezan a decantar por disfrutar más de la revetla y de las ferias previas.
Lo que no faltó fue la clase política, y más en un año preelectoral en el que hay que empezar a tomar posiciones. El exterior del Ajuntament congregó las diez de la mañana a toda la corporación municipal y a numerosos representantes de los partidos del espectro político mallorquín. El alcalde, Virgilio Moreno, recibió a la presidenta, Francina Armengol, así como a las consellers Mercedes Garrido, Rosario Sánchez y Mae de la Concha. También se acercó a Inca la delegada del Gobierno, Aina Calvo, así como el presidente del Parlament, Vicenç Tomàs. Por parte del Consell se pudo ver a los consellers Javier de Juan, Maria Antònia Garcias, Jaume Monserrat e Iván Sevillano. Algunos alcaldes de municipios se acercaron también a Inca. Es el caso de Llorenç Gelabert (sa Pobla); Joan Rotger (Selva); Antoni Solivellas (Escorca) y Antoni Salas (Costitx).
Los partidos se hicieron notar durante el paseo oficial por la feria. Mientras el PSOE disfrutaba de la iniciativa al tener a sus representantes en primera fila, el PP local de Pedro Mas acompañó a Marga Prohens y Llorenç Galmés. El conseller Jaume Alzamora visitó el centro junto a la regidora Alice Weber y aprovechó para a incentivar a la población a «adquirir y consumir producto local». El PI apostó por la juventud con la presidenta de la gestora, Gloria Ferrari, y su equipo, además del regidor Gori Ferrà. Ciudadanos sabe que tiene en Inca un buen bastión y se presentó con toda la artillería insular para acompañar al regidor Andrés Sánchez. Y Vox llegó a la plaza de España para hacer acto de presencia y luego hizo la guerra por su cuenta.
El alcalde Virgilio Moreno señaló que era «un día muy especial para los inquers e inqueres. Está todo en funcionamiento y ayer (por el miércoles) tuvimos una gran jornada, con mucha tranquilidad y una gran afluencia, sobre todo en la revetla». Moreno resaltó también «la gran ilusión que hay en las calles. Este es el sentimiento que queremos transmitir los inquers, de volver a la normalidad y volver a tener un Dijous Bo como los de antes». Francina Armengol predijo que «será un Dijous Bo de los que harán historia» y quiso agradecer «el trabajo realizado por el alcalde y sus regidores, así como a los comerciantes y empresarios que vienen a exponer sus productos, tanto hoy como en las anteriores ferias». En cuanto a la noche del Dimecres Bo al Dijous Bo, la Policía Local informó de que no se habían producido incidencias de importancia. Se registró un conato de pelea en la zona de ocio nocturno y un robo con intimidación por parte de dos individuos que fueron detenidos al poco tiempo gracias las cámaras de vigilancia. Cabe destacar que las asistencias sanitarias no tuvieron que intervenir en toda la noche.
Extensión
El regidor de Fires, Antoni Peña, confirmó también que los aparcamientos disuasorios habían funcionado muy bien el miércoles y que ayer también absorbían buena parte de los vehículos que llegaron a la capital del Raiguer. La feria tenía una extensión de unos cuatro kilómetros y unos 250 expositores. Además de la muestra de maquinaria y vehículos y del Mercat Pagès, uno de los puntos neurálgicos fue la plaza Mallorca, donde se concentró la oferta de las empresas y de los medios de comunicación, como Ultima Hora, que recibió la visita de la comitiva oficial del Ajuntament. La afluencia de público fue continua durante toda la mañana y al llegar el mediodía fue cuando se registraron las mayores concentraciones de visitantes, aunque sin llegar a las aglomeraciones de otros años.
Llegó la hora del almuerzo y los cellers se fueron llenando, de la misma forma que muchos puestos de venta ambulante de alimentos y los demás restaurantes y bares, aunque sin llegar a las cifras del pasado, cuando era casi imposible hacerse con una mesa a no ser que se hubiera reservado con anterioridad. Por la tarde, las calles seguían acogiendo a cientos de visitantes más rezagados y a muchos más niños y niñas que de mañana. Inca descansará hoy (festivo local) después de una semana en la que se ha ganado el derecho de ser considerada por unos días como ‘capital' de Mallorca.
Dijous Bo muy bueno, pero es Vergonzoso que casi ninguna cafetería/bar del centro no te sirvan un café porque "la máquina está estropeada." Pero eso sí, en una de las cafeterías ponían el café para quien les conviene, ya que mientras nos decían que estaba estropeado, había 2 mesas con café recién puesto...
4 comentarios
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Ver y dejarse ver. Al pueblo pan y circo, que decían los romanos.
Dijous Bo muy bueno, pero es Vergonzoso que casi ninguna cafetería/bar del centro no te sirvan un café porque "la máquina está estropeada." Pero eso sí, en una de las cafeterías ponían el café para quien les conviene, ya que mientras nos decían que estaba estropeado, había 2 mesas con café recién puesto...
Tot mol car.