Las bodegas de la DO Binissalem, pertenecientes a los municipios de Consell, Santa Maria, Binissalem, Sencelles y Santa Eugènia, llevan décadas dedicadas a la producción de vinos que se han ganado un hueco entre los mejores del mundo. Tres son las claves para ello, origen, calidad y singularidad. El origen lo da la tierra mallorquina, sus clima, la ancestral relación del ser humano con la naturaleza, la cultura mediterránea, los siglos de tradición y costumbres apegadas a ella. La calidad viene garantizada por la dedicación, el uso de una agricultura integrada, respetuosa, de proximidad, que tiene en el campo mallorquín el mayor tesoro a conservar. La originalidad es una consecuencia inevitable de los otros factores y viene marcada por el uso de variedades de uva locales como Manto Negro, Moll, Callet o Giró ros, que permiten a las bodegas ser verdaderos alquimistas de los sabores.
Para una Navidad que promete ser especial, cada una de las bodegas de la DO ha escogido un vino que sepa unir todos estos factores y llevarlos a los paladares para contar todas las historias escondidas detrás de cada matiz y aroma. La selección recoge vinos que pueden maridar con cualquier plato de la gastronomía mallorquina, desde la frescura y las notas afrutadas de los blancos, hasta la calidez y el equilibrio de los tintos, que son los que predominan. Son doce las bodegas y por tanto doce los vinos sugeridos, lo que multiplica las posibilidades y las oportunidades de disfrutar de una Navidad llena de los mejores sabores en equilibrio perfecto con la tierra mallorquina.
Antoni Nadal Ros, José L. Ferrer, Jaume de Puntiró, Vins Nadal, Ca Sa Padrina, Can Ramis, Vinya Tajuana, Sebastià Pastor, Finca Biniagual, Can Verdura, Santa Catarina y Can Fumat son los productores. Cada uno con su estilo, sus técnicas y su sabiduría propias han hecho de estos doce vinos una referencia de autenticidad y, como la propia DO recalca, origen, calidad y singularidad.