Las distintas modalidades de caza han parado para iniciar el periodo de veda.

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La temporada de caza en Mallorca ha finalizado con un balance positivo general para los aficionados a la cinegética, pero con una preocupación por el severo retroceso de las poblaciones de varias especies cazables, como las liebres y las codornices. El conejo, pese a que ha sufrido las consecuencias de la Mixomatosis en temporadas anteriores, este año ha mostrado síntomas de recuperación y su presencia ha crecido en municipios como Sineu y Maria de la Salut, pero su distribución es muy irregular en el resto de Mallorca y apenas perceptible en Pollença.

La Associació Balear d'Entitats de Caça ha realizado una encuesta entre más de un centena de cazadores de 10 municipios situados en distintos puntos de Mallorca para conocer la realidad que se han topado en esta temporada de caza, que finalizó el 12 de febrero para la caza de perdiz con reclamo y los tordos con red (filats), y el 29 de enero para el resto de modalidades, exceptuando la caza de cabras con lazo, que se permite todo el año.

Entre los datos recabados por esta entidad social destacan la abundancia de tordos en toda la Isla, pero no tanto en la zona de Santanyí y tramos de la Serra de Tramuntana. También han percibido abundancia de tórtola turca, perdiz, paloma torcaz (tudó) y cabras salvajes, cuya caza se practica en la Serra. La becada (cega) ha tenido una presencia irregular durante la temporada y se ha ido moviendo por las nevadas.

Sin liebres

La especie que más preocupa al mundo de la caza en Mallorca es la liebre. A mediados de 2020, la incidencia de la enfermedad mortal de la Mixomatosis hizo temer por su desaparición. Por ello, desde 2021 el Consell de Mallorca prohibe cazar liebres con escopeta y su captura está restringida a las modalidades de ca llebrer y cetrería. Otra especie cuya presencia en los campos de Mallorca ha caído en picado es la codorniz.

«Es preocupante su ausencia en lugares como donde hay mucho terreno favorable a su hábitat, como la comarca del Pla», señala el informe de la ABEC. Entre los factores que pueden causar este descenso apuntan al incremento de gatos asilvestrados, serpientes invasoras, rapaces, mustélidos, la sequía y «una agricultura agresiva que destruye sus hábitats».

ABEC ha indagado también en las actividades medioambientales que practican los cazadores. Entre otras, sus socios custodian un centenar de trampas para atrapar serpientes invasoras, muy abundantes en el Pla, control de depredadores, reponer bebederos, recoger residuos del campo, sembrar alimento para los animales, desbroce de caminos y repoblación de perdices y de conejos. En colaboración con el Servei de Caça del Consell también construyen majanos (clapers) para sus madrigueras.

Punto de vista

Uno detrás del otro

A finales del mes de enero se dio la noticia de que los conejos importados desde Castilla-La Mancha ya corrían por los campos mallorquines. A iniciativa de los cazadores, y con el apoyo del departamento de Caça del Consell, se apostó por esta alternativa para parar la desaparición de estos animales. Eso sí, se dieron pautas a los cazadores para que su repoblación sea un éxito. Lo mismo se deberá hacer con las liebres y codornices.