Aunque las celebraciones se suceden durante toda la jornada en Pollença alcanzan su punto álgido con el simulacro de la batalla entre los moros y los cristianos. | Pere Bota

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Pasaban ocho minutos de las siete de la tarde cuando Joan Mas, encarnado este año por Jaume Mercer, alzó su voz para convocar a sus conciudadanos hacia la lucha contra el temible corsario Dragut. Con el famoso grito de «Mare de Déu dels Àngels, assistiu-mos! Pollencins, alçau-vos, que els pirates són aquí!» arrancó el simulacro de Moros i Cristians de Pollença que estuvo marcado por las altas temperaturas y la humedad reinante.

El encuentro cara a cara en la plaza de la Almoina con Dragut, que interpretó Joan Miquel Seguí ‘Hulk' con gran acierto desde que arengó a sus tropas poco antes de las siete junto al Lloctinent y el Abanderat, encendió la mecha de una batalla que ya el año pasado se vivió con normalidad, aunque con cierta preocupación por el aumento de contagios de COVID.

El choque entre los dos bandos sucedió como mandan los cánones, con avances y retrocesos entre los defensores cristianos y las tropas de sarracenos, además de alguna caída puntual. Al llegar a Can Nogués, los miembros del Ajuntament Vella se unieron a la contienda junto a los cristianos para ayudar a expulsar a los moros. Como curiosidad, este año los cuatro miembros del Ajuntament Vella pertenecen a la misma familia, con un padre (Miquel Vanrell, de 71 años), un hijo (Joan Vanrell) y dos yernos (AntoniCifre y Joan Llompart).

El batallón de mujeres también volvió a participar en el simulacro después de que lo hiciera por primera vez en 2019 y el año pasado (en 2020 y 2021 no se celebró el acto por la pandemia). Un nutrido grupo de mujeres armadas con filoses (husos para hilar) y falçons (cuchillos en forma de hoz), así como un pañuelo de bolic en la cabeza como distintivo, entraron en batalla desde la calle de Sant Jordi. Durante más de dos horas prosiguió la batalla que finalizó en el campo de fútbol de Ca n'Escarrintxo después de que Joan Mas lograra arrebatar la bandera del bando corsario, dando así por derrotadas a las huestes de Dragut.

‘Tedèum'

Tras el acto multitudinario del simulacro se produjo el final de la jornada festiva de La Patrona en la iglesia parroquial, con el Tedèum de Mossèn Miquel Tortell y el canto de los Goigs de Costa i Llobera. Además en la plaza Major, la banda de música interpretó la Alborada y el Visca Pollença para dar fin a unas fiestas que este año han sido especialmente participativas. El Tedeum también sirvió como despedida del rector Danilo de Urzeda, que deja las parroquias de Pollença para trasladarse a Roma y estudiar Teología Moral por designación del obispo Sebastià Taltavull.

La tarde de la Patrona es cada año la conclusión de una fiesta pollencina que arranca a las cinco de la mañana con la Alborada. La banda de música de Pollença recorrió varias calles del centro seguida por multitud de pollencins y pollencines para dar el pistoletazo de salida a la jornada patronal. La Alborada también se repitió en Cala Sant Vicenç y en el Moll como manda la tradición.
Otro de los momentos destacados del día fueron las danzas de los Cossiers, tanto en la parroquia durante el Ofici Major, como en la plaza Major. Este año, el papel de la Dama fue interpretado por la presentadora de IB3, Marta Ferrer.

Bajo un sol de justicia y unas elevadas temperaturas y mucha humedad, los doce Cossiers de Pollença y la Dama ofrecieron sus tradicionales danzas con la presencia de las autoridades políticas. Además del alcalde Martí March y la corporación municipal, asistieron el presidente del Consell, Llorenç Galmés, y la consellera de Presidència, Antònia Maria Estarellas. También hicieron acto de presencia las expresidentas del Govern y Consell, Francina Armengol y Catalina Cladera.