En la actualidad quedan activas en Mallorca 16 vaquerías, de las cuales seis de ellas vendían la leche a Agama. | Redacción Part Forana

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La crisis del sector lácteo en la Isla después de la decisión de Agama de reducir en un 40 % la compra de leche a los ganaderos ha vuelto a poner en el orden del día la preocupante situación en que se encuentra desde hace años el sector ganadero insular y, en especial, el de los productores de leche de vaca.

Los datos así lo demuestran. En 2016 en Mallorca se producían 17 millones de litros de leche anuales. Cinco años después, en 2021, la producción estaba en 12,9 millones de litros, lo que significa una reducción del 24,1 %. A día de hoy, la producción anual de leche en el conjunto de explotaciones vacunas ronda los 11 litros, lo que demuestra el retroceso constante de la producción desde hace años.

Así lo constata también la gerente de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Joana Mascaró. «Cuando era niña, en Campos había más de 300 vaquerías, hoy quedan 16 en toda Mallorca», ejemplifica al radiografiar la situación real del sector. Mascaró constata la realidad de que, año tras año, más explotaciones ganaderas echan el cierre. Los motivos, explica, son diversos y pasan, principalmente, «por la falta de rentabilidad de las explotaciones», asegura. Ello provoca también que no haya un relevo generacional, ya que difícilmente los hijos de los ganaderos tomarán el relevo de sus padres o abuelos si ven que las vaquerías no reportan un beneficio económico.

Precisamente a ello se refirió esta semana el conseller d'Agricultura, Pesca i Medi Natural, Joan Simonet, en su comparecencia ante la Comisión de Economía del Parlament al asegurar que «nadie criará vacas o saldrá a pescar si pierde dinero», enfatizó.

Mascaró comparte esta opinión pero añade que también la falta de incentivos «al no ser un sector atractivo para los jóvenes» ha agravado la situación de la ganadería ovina, así como el hecho de ser «un trabajo muy sacrificado, donde las vacas se tienen que ordeñar dos veces al día a la misma hora los 365 días del año», aclara.

En la actualidad quedan en Mallorca 16 explotaciones de vacas de leche: 8 en Campos; 2 en Felanitx; 2 en Manacor; 1 en Porreres; 1 en Llubí; 1 en Capdepera y otra en Palma. Hace a penas 3 años, el número de vaquerías era de 28, doce menos que en la actualidad.

Mascaró añade que el hecho de que en Mallorca casi no exista una industria de transformación importante para la leche, como sí ocurre en Menorca, ha propiciado también este declive. Por lo que reclama poder exportar los excedentes a la Península y comercializarlos así a un precio razonable para que el sector puede ser competitivo.

El apunte

Necesidad de compensar los costes de insularidad para el transporte

Una de las reivindicaciones de las organizaciones agrarias es que el Govern fije ayudas para poder costear el precio de transportar la leche a la Península y así poderla vender en igual de condiciones que otra ganadero del resto del Estado. «Si queremos un sector primario fuerte para Baleares, necesitamos medidas de este tipo», añade Joana Maria Mascaró al destacar que lo que interesa al sector lácteo es primero vender la leche en Mallorca, pero en caso de que haya excedente o no haya un mercado suficiente «poder vender el producto a la Península» sin que ello suponga un sobrecoste.

La insularidad, en realidad, ya les afecta directamente con los costes de producción que en el caso de las explotaciones de vacas son un precio más alto para los piensos (que los que se dan en la Península) o también el precio del gasoil. El plan de ganadería también deberá abordar estas cuestiones.