Imagen de la planta de envasado y producción de Agama. | Pere Bota

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Un respiro para las escasas granjas de vacas lecheras que subsisten en Mallorca. La empresa AGAMA se compromete a no reducir las compras de leche de las granjas mallorquinas por debajo de los niveles actuales, tras alcanzar ayer un principio de acuerdo con los sindicatos agrarios.

Con este acuerdo de mínimos se desbloquean las negociaciones entre ambas partes en un conflicto que estalló cuando AGAMA anunció que tenía la intención de reducir en un 40 por ciento la cantidad de leche que compra a las granjas de Mallorca. La empresa perteneciente al Grupo Damm, hasta la fecha, era quien compraba la mayor parte de la producción, por lo que esta noticia causó una gran alarma en el sector, que teme verse abocado al cierre de las granjas.

Evitar el cierre

La secretaria gerente de UPA-AIA, Joana Mascaró, y el presidente de Asaja-Balears, Joan Company, fueron los encargados de defender los intereses de los ganaderos de Mallorca en nombre de todas las organizaciones agrarias de la Isla. Sindicatos agrarios y Agama se han emplazado a continuar trabajando en los próximos días para encontrar una solución más consistente y satisfactoria para ambas partes.

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El escenario actual no satisface a los ganaderos, que llevan años en una situación límite de escasa rentabilidad de las granjas por el bajo precio que reciben por la leche, sumado al encarecimiento de los productos que necesitan para sacar adelante sus explotaciones desde que estalló la guerra en Ucrania, principal país proveedor de grano. «Pero por lo menos las granjas no se verán obligadas a cerrar», asumen las entidades agrarias, que han mostrado su agradecimiento «a las muestras de apoyo recibidas estas semanas».

Agama redujo en junio un 10 % la compra de leche a las seis granjas que se la suministran. En septiembre, la empresas señaló que acumula pérdidas de 6 millones de euros y que tiene un excedente anual de 4,5 millones de litros de leche que vende a pérdida en la Península. Entonces propuso reducir la compra de leche y el precio por litro. El conseller de Agricultura, Joan Simonet, expuso su rechazo a esta solución porque pone en peligro la continuidad de las granjas y señaló que «es un problema de comercialización y promoción, no tiene que asumir las pérdidas el ganadero».