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La Conselleria d’Agricultura i Medi Natural ha impulsado un estudio sobre la huella de carbono de las principales producciones de hortofrutícolas de Mallorca. La principal conclusión que ha arrojado este informe es que consumir frutas y verduras cultivadas en Mallorca reduce en un 55 por ciento las emisiones de CO2 a la atmósfera, en comparación con las emisiones que suponen los productos llegados de la Península y más aún, los que inundan el mercado procedentes de países como Brasil, Senegal o Marruecos.

El estudio ha sido realizado en colaboración con Som Pagesos - marca que une a cuatro de las principales empresas de producción de frutas y hortalizas de Mallorca - y realizado por el investigador Luis Martínez, en coordinación con Jaume Jaume, director de Desenvolupament de la Producció Agrària del Institut de Recerca i Formació Agroalimentària i Pesquera de les Illes Balears (IRFAP).

Degustación de platos elaborados con frutas y hortalizas de Mallorca

Huella de carbono

El objetivo de este estudio ha sido valorar de qué manera el producto local contribuye a la sostenibilidad ambiental. El conseller d’Agricultura i Medi Natural, Joan Simonet, señaló ayer durante la presentación de este análisis impulsado desde su gabinete que «los agricultores contribuyen a preservar valores ambientales, un servicio por el que no cobran y del que nos beneficiamos todos los ciudadanos».

El estudio se ha centrado sobre 211 hectáreas que cultivan los cuatro socios de Som Pagesos y sobre los siete cultivos más significativos en la horticultura mallorquina: alcachofa, coliflor, lechuga, sandía, melón, tomate y pimiento. Luego se ha comparado la huella de carbono de los mismos productos pero de importación. La diferencia es de 64 toneladas de CO2 frente a 26 de balance de carbono, lo cual significa que escoger el consumo de productos agrícolas cultivados en la Isla reduce a la mitad la huella de carbono que genera consumir los que llegan de fuera por el coste ambiental de su transporte, principalmente.

El director general de Qualitat Agroalimentària i Producte Local, Joan Llabrés, señaló que «todos sabíamos de manera intuitiva que consumir producto local era mejor por muchos motivos, ahora con este estudio tenemos evidencia científica de que consumir frutas y hortalizas locales reduce las emisiones de CO2, es lo mejor para el planeta y ayuda a mitigar el cambio climático».

El balance se ha realizado en colaboración con Som Pagesos, una unión de las cuatro mayores empresas del sector (Agromallorca, Terracor, Es Merca y Agroilla) para crear sinergías y aunar esfuerzos con el fin de buscar la rentabilidad del producto local. Otros retos que afrontan conjuntamente es luchar contra la competencia que llega de fuera a bajo precio, contra los efectos del cambio climático y el encarecimento de los costes de producción. Este año, Som Pagesos ha generado una producción de 18 millones de kilos, un millón de kilos de fruta y verdura más que el año pasado, con un valor de 20,8 millones.

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Sinergías

El portavoz de Som Pagesos, Joan Méndez, destaca que entre las cuatro empresas agrarias suman un millar de hectáreas de superficie en producción y 600 trabajadores. La unión les permite gestionar excedentes de producción y programar las siembras, entre otras ventajas, como la compra de insumos a un mejor precio.

El estudio impulsado por el IRFAP revela que el CO2 que genera la agricultura en las Illes Balears tiene un comportamiento circular, de modo que las plantaciones compensan el carbono que se emite en la explotación agrícola. En cambio, los productos de fuera dejan una elevada huella de carbono por su transporte, a menudo desde destinos muy lejanos.

También señala que los alimentos que tienen mucha agua y pocos azúcares son los que tienen un mayor coste ambiental para el planeta. Como ejemplo, Jaume Jaume señala que en el caso de las sandías que llegan de fuera, las emisiones pueden alcanzar las 8 toneladas de CO2 por hectárea.