El buen tiempo acompañó a recorrer las calles del municipio de la Serra.

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La Fira de s’Oliva de Caimari se ha convertido en una cita obligada dentro del calendario de ferias de la Isla. No solo por el bello entorno en el cual se ubica, sino por la singularidad de sus paradas donde se pone en valor el producto local. Así también lo demuestran las 25.000 personas que entre ayer y el viernes han recorrido los 140 stands de la emblemática feria.

Con más de un cuarto de siglo de historia, Caimari ha mostrado este fin de semana todo su potencial comercial y también agrícola. Una feria que tiene como protagonista la aceituna y el aceite que de ella se extrae. Precisamente este año los olivos han tenido un buen esplet, y así también quedó reflejado en los numerosos stands dedicados a estos productos que se instalaron en la plaza Major junto a otras paradas dedicadas a la artesanía.

La plaza fue el epicentro de la feria, donde tampoco faltó una muestra de oficios artesanos, mientras en las calles adyacentes, los visitantes encontraron infinidad de productos, haciendo especial hincapié en los de kilómetro 0, la artesanía y el comercio propio del municipio. Tampoco faltaron a la cita los caparrots carboners y sus bailes, así como los premios a las mejores paradas de la feria. El alcalde de Selva, Joan Rotge, junto a la alcaldesa de Caimari, Aina Rotger, hicieron entrega de dos primeros premios a los responsables de Es Comado y Artesanía JM.