Un belén con historia

Rafel Trobat (Algaida, 1957) lleva toda la vida haciendo belenes. El hecho de tener una hermana mayor hizo que incluso antes de nacer en su casa ya hubiera siempre uno. «Recuerdo que desde bien pequeño en casa siempre por estas fechas hacíamos todos los hermanos el belén», explicó Trobat.

A medida que pasaban los años su afición se hacía más grande. Era el 1969 cuando con apenas 11 años participó en un concurso organizado por la Parroquia. En su primera vez, el belén de Trobat ya obtuvo el primer premio. Esta historia se repetiría durante seis años consecutivos en los que Rafel se alzó con el primer premio de este concurso. «Luego tuve que pararme para ir al servicio», recordó Rafel.

Sin embargo, su pasión seguía intacta y cuando pudo, recuperó su afición y lo hizo a lo grande. En 1980 fue la primera vez que hizo público su belén y desde entonces éste ha marcado las Navidades en el municipio. «En el 2019 el Covid lo paró todo, también el belén», lamentó Rafel pero «este año lo hemos recuperado porqué la gente lo pedía».

Más de 40 figuras de unos 20 centímetros forman los 60 metros cuadrados de este histórico belén que lucirá en la capilla hasta el día antes de Sant Honorat. Cada una de ellas elegida con mimo y con una intención. «El belén representa un pueblo ideal de Mallorca con su gente trabajando, sus animales o las neules tan típicas de aquí».

Desde el Ajuntament, la alcaldesa de la localidad, Marga Fullana, reconoció el valor de este belén para el pueblo y destacó la intención del consistorio de «fomentar, preservar y proteger este belén puesto que es uno de los más importantes de Mallorca». En este sentido insistió en que se trabaja para «que pueda ser parte del patrimonio de Algaida».

Implicación

Hace seis años que algunos voluntarios y amigos se ofrecieron para ayudar en el montaje lo que motivó a Rafel a continuar. Hoy en día son más de 14 las personas que lo hacen posible además de la brigada municipal.

Una creación con sello propio que pretende invitar a quién lo visite a transformar el mundo en un poquito mejor, aunque solo sea por Navidad.