Sebastià Oliver y Miquel Estelric en Sa Xorca. | R.P.F.

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Los 20 litros que cayeron la semana pasada en la comarca del Migjorn o los 5,6 que se registraron el jueves en Campos y ses Salines no son suficientes para salvar los cultivos de forrajes para la ganadería en la zona. Hace semanas que los payeses muestran su preocupación por las escasas precipitaciones de los últimos meses y ahora, pese haber llegado la lluvia, esta es todavía muy incipiente para salvar una campaña que consideran horrible. Campos, ses Salines, Santanyí y algunas zonas de Felanitx y Llucmajor son las más afectadas por la sequía y, con unos pastos casi inexistentes, los ganaderos se verán obligados a comprar alimento para poder abastecer a sus animales.

Este es el caso de Miquel Estelrich, ganadero de Santanyí, que ya ha tenido que invertir más de 14.000 euros en la compra de comida para sus más de 800 ovejas.    «Normalmente empezamos a sembrar para hacer forrajes en octubre, pero este año empezamos en noviembre ya que estaba muy seco. Ahora los forrajes deberían estar a media altura pero no ha crecido nada», explica. Esta situación acarrea que las provisiones de comida para los próximos meses sean ya casi inexistentes con los silos medio vacíos. «Hace un mes que me puse a comprar provisiones. Si no hubiéramos comprado nada ya habríamos terminado el cereal y las legumbres», añade el joven.

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Estelrich cuenta con más de 800 ovejas en Sa Xorca.

Una situación similar es la que vive Sebastià Oliver, que tiene unas 400 ovejas en Son Negre (Felanitx). Los pastos que sembró el pasado mes de octubre no han crecido, aunque tiene la esperanza que con las próximas previsiones de lluvia pueda volver a sembrar. Oliver tiene sembradas unas 100 quarterades, principalmente para hacer ‘rollos'. «Como en mi zona la tierra conserva mejor la humedad, el martes sembré 20 quarterades más para cosechar. De cebada mallorquina pienso sembrar otras 20 más y luego avena y un poco de trigo. Me la juego a ver si llueve para poder tener comida para las ovejas en verano», aclara.

Los ganaderos de vacas del Migjorn están en una situación similar. Miquel Vanrell, de Son Carbó, asegura que las consecuencias del cambio climático son cada vez más evidentes. En la granja familiar cuentan con más de 1.500 vacas y asegura que no han podido empezar a ensilar por falta de forrajes. «Los cultivos no han nacido o si lo han hecho se han muerto. Todas las actuaciones que llevamos a cabo siempre están condicionadas a aquello de ho farem si plou», lamenta.

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Miquel Vanrell en la vaquería.
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En la finca de Son Carbó, en Campos, cuentan con más de 1.500 vacas y sus propietarios no han podido empezar a ensilar por falta de forrajes.

Desde la Conselleria ya trabajan en fijar ayudas para paliar los sobrecostes que implicará esta situación de sequía en determinados sectores. Por ello han convocado la Mesa de    Cambio Climático para el 22 de enero.