Can Feliciano consta de un chalet, destilerías y cocheras, propiedad de Feliciano Fuster. | R.P.F.

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El Ajuntament de Santa Margalida ya ha comprado el 20 % que le faltaba de Can Feliciano, como denominan popularmente los vilers al conjunto de inmuebles que fueron propiedad de Feliciano Fuster, y habilitará allí un centro sociocultural. El Ajuntament cerró la compra de esta parte, que todavía era de unos familiares de Fuster, hace alrededor de un mes por un precio de 240.000 euros.

El resto del inmueble ya se lo había adjudicado el consistorio en el año 2022, después de que la entidad social Amadiba no hiciese efectiva la aceptación de la herencia que le legó a su muerte el que fuese presidente de Endesa e hijo ilustre del municipio.

Que Amadiba no aceptara la herencia desembocó en una acumulación de cargas por el impago del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y por unos trabajos de cierre y adecuación de los solares que rodean estos edificios, acometidos por el Ajuntament de manera subsidiaria. Con estos impagos, se acumularon unas deudas de unos treinta mil euros que permitieron que el Ajuntament se personara como acreedor a la subasta y se la pudiera adjudicar.

Aunque la transacción se hizo hace un mes, ahora el consistorio ha sabido que recibirá una subvención en ese concepto. El alcalde, Joan Monjo, celebró ayer la noticia: «Ya hemos hecho la inversión pero ahora que nos han confirmado que recibiremos la ayuda, la recuperaremos». Se trata de una convocatoria con financiación europea gestionada por la Direcció General de Turisme destinada a financiar actuaciones para la mejora de la capacidad de adaptación al territorio de las Islas en el ámbito turístico.

La intención del Ajuntament es la de habilitar allí un gran espacio sociocultural. Cabe destacar que se trata de un conjunto de bienes formado por un chalet, destilerías y cocheras, que suman unos 7.000 metros cuadrados. «Queremos que se convierta en un espacio municipal que pueda ser usado por las asociaciones y los vecinos del pueblo y que también acoja la escuela de música municipal, que actualmente ocupa unas instalaciones de alquiler», explicó el alcalde.

Aún así, Monjo recordó que «se trata de un edificio incluido en el catálogo de patrimonio municipal» por lo que «las actuaciones para la habilitación del centro sociocultural también incluirán la restauración y conservación de los elementos catalogados». Además de adquirir el 20 % restante de los inmuebles, también se ha comprado un solar anejo de 2.500 metros cuadrados donde se prevé habilitar un aparcamiento.

El edificio central de Can Feliciano son unas destilerías, inauguradas hacia 1920 con el nombre de La Victoria. Más adelante, bajo la gestión de la familia Fuster, pasaron a denominarse Destilerías Fuster, como indica el rótulo que aún se distingue en su fachada, y estuvieron operativas hasta principios de los años ‘90. Luego cerraron y se han ido deteriorando, al igual que las cocheras adyacentes y el chalet que fue residencia de Fuster, fallecido en 2012 a los 87 años. Fuster fue proclamado Hijo Ilustre de Santa Margalida en 2018.