La urbanización está situada en la montaña del Vilà, situada junto a la carretera de Pollença al Port. | Elena Ballestero -

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El Govern ya ha iniciado los trámites administrativos para pagar a tres promotores de la urbanización de Es Vilà de Pollença la indemnización que dictamina el Tribunal Superior de Justicia (TSJB) en la sentencia por la desclasificación parcial de los terrenos en el año 2018. Aunque el auto es de noviembre de 2023, el Govern supo ayer la cantidad exacta que se debe pagar, después de que los servicios técnicos de la dirección general de Territori i Paisatge hayan elaborado el informe de cálculo de la indemnización, que va en función a la superficie de cada promotor.

En total, la compensación económica alcanza los 151.201,96 euros, a la que se sumarán los intereses, calculados inicialmente en unos 75.000 euros, de manera que la cifra total a pagar será de unos 226.000 euros. La superficie total de suelo lucrativo afectado alcanzaba los 173.407,05 metros cuadrados, aunque únicamente tres promotores (propietarios de un 12,38 % de la urbanización) recurrieron. Reclamaban más de 13 millones de euros al Govern por los supuestos beneficios cesantes, pero el Tribunal ha estimado sólo en parte su recurso contencioso administrativo, rechazando el grueso de sus argumentos.

Esta indemnización es en concepto de costes y gastos de urbanización que resultaron inútiles como resultado de la desclasificación, gastos incrementados por la tasa libre de riesgo y por la prima de riesgo, en base a un informe pericial que aportaron las empresas a su demanda. Las sociedades también reclamaban más cantidades en concepto de cuotas de IBI satisfechas, y sobre todo, por la pérdida de aprovechamiento de los solares, pretensiones que no se han aceptado en base a una sentencia de 2014 del Tribunal Supremo.

En la montaña de Es Vilà, igual que ocurrió con otras zonas sensibles de Pollença como Cala Carbó (desclasificada parcialmente por el mismo decreto ley), había proyectada una importante urbanización que el Ajuntament trataba de evitar desde finales de los noventa, pero no llegaba a hacerlo por miedo a tener que pagar posibles indemnizaciones.

Es importante recordar que la protección ambiental de El Vilà (que pasó de tener la consideracion de urbanizable a ser suelo rústico) solo afectó a la zona alta de la montaña aunque bloqueó de forma indirecta el desarrollo urbanístico de la zona baja al incluir una zona verde de cesión obligatoria. A día de hoy la urbanización no se ha llegado a desarrollar.