Un momento de la celebración este miércoles en Sant Joan. | Assumpta Bassa

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El pueblo ha ardido en fiesta. A mediodía el calor y el ‘mal’ eran infernales. Tocaba hacer justicia. Y este año Sant Joan ha empezado a dictar sentencia más pronto que nunca. El esperado acto ‘Sa Condemna’, que habitualmente se celebraba el 28 de agosto por la tarde, ha empezado a las 11 horas. Desde la calle Princesa, desde el Centre Cultural, ha empezado el recorrido por todo el pueblo a la búsqueda de los siete pecados capitales, reencarnados en los siete dimonis, para encerrarlos en una jaula. Esta neofiesta se impulsó hace doce años con el objetivo de dar más protagonismo a estos personajes del centro cultural. Año tras año la pasión de los santjoaners crece con esta celebración local.

En cada edición uno de los pecados es el protagonista que da el sus a la celebración. La ‘Gula’ ha sido el elegido que ha logrado despertar un apetito desmedido de todos y cada uno de los allí congregados.
Los vecinos, ataviados con la camiseta de la fiesta (que este año era rosa pálido), se desplazaron de bar en bar, empujando la jaula, para recoger a cada uno de los dimonis y encerrarlos. Su destino final, una vez capturados los siete pecados capitales, fue el Ajuntament donde fueron encerraron en el Corral del Rei.

Joan Matas ‘ditaler’ ha sido el encargado de hacer el pregón festivo con una glosa en la que no han faltado las notas reivindicativas y toques de actualidad. Sin embargo el objetivo principal del mismo es divertirse. Así cada año sale a la palestra la gestión municipal así como las deficiencias del pueblo. El ‘glosador’ ha versado sobre la limpieza de los caminos rurales, ha hablado de la larga demora de la escuela nueva, que se inaugura el viernes 30 de agosto, y no han faltado las críticas a las banderolas que este año han sustituido a los tradicionales ‘paperins’. Este año también viene marcado porque se retiraron los fuegos artificiales tras una consulta popular. Y a las 19,30 horas se produce la salida rabiosa de los dimonis que logran escapar tras su encierro.