El refugio alberga a una veintena de caballos. | R.L.

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Angela y Michelle Wesserling aterrizaron en Mallorca desde Alemania hace una década. Madre e hija, ambas grandes amantes de los animales, decidieron emprender un proyecto juntas y abrir el Color Horse Ranch; un refugio para caballos, que poco a poco ha ido creciendo y albergando a más animales. El rancho está situado en el municipio de Santa Eugènia, cuenta con 200 hectáreas de bosque y alberga a 20 caballos. Para poder mantener el refugio Michelle y Angela ofrecen excursiones guiadas de dos horas por el complejo natural a lomos de los équidos, adaptadas para todo tipo de personas, desde principiantes hasta profesionales. Asimismo, se dedican a la cría y la crianza amorosa y amable es su máxima.

Sin embargo, desde hace un tiempo Michelle no puede trabajar como antes: «Tuve un accidente y ahora tengo que trabajar menos», dice; lo que ha hecho que su madre Angela tenga que hacerse cargo de más trabajo sola y sea más difícil hacer frente a los gastos que acarrea cuidar y alimentar a los animales. Además de caballos, el Color Horse Ranch también alberga otras especies como una decena de perros, varios corderos y ovejas e incluso un poni. Michelle y Angela intentan rescatar a todos aquellos que no tienen a dónde ir o padecen alguna dolencia: «Más de la mitad están mal, tienen cáncer o están enfermos de algo», lamenta. «Hay caballos de casi 30 años y nadie se quiere hacer cargo de ellos porque están mayores», añade.

Michelle y Angela Wessrling.

En un afán por poder seguir con este proyecto Michelle ha lanzado un crowdfunding a través de la plataforma GoFundMe para sufragar «los costes diarios de comida, atención médica y refugio», que son «muy altos». Pide 10.000 euros, de los que ya ha conseguido reunir cerca de 5.000 gracias a las donaciones de amigos y personas anónimas. «Sin apoyo será cada vez más difícil brindarles a estos queridos animales una vida segura y feliz», explica en la página para los donativos. «Son animales necesitados, cada apoyo, por pequeño que sea, marca una gran diferencia y ayuda a asegurar la vida de estos maravillosos animales», añade. Para aportar se puede hacer en este enlace: https://www.gofundme.com/f/spenden-fur-die-color-horse-ranch

Además de caballos también cuidan de corderos y ovejas.

La devoción de Michelle y su madre por estas criaturas viene de lejos. Y es que, tal y como narra Michelle, «en Alemana crecí en otro rancho rodeada de caballos. Me he criado con ellos». «Para mí y mi madre rendirnos no es una opción porque el rancho es nuestra vida y nuestra pasión. Nos encanta brindar a cada animal el mejor cuidado posible y no contémplanos cerrarlo», asegura. Este gran amor es también el motivo de que la adopción de los animales no sea una alternativa para ellas, ya que no quieren que los tenga cualquiera y solo lo harían si supieran que van a estar igual de bien cuidados: «Nos preocupa que vayan a un buen hogar y que puedan seguir con sus tratamientos».