El camino de ronda ha sido uno de los ejes de la feria. | AJ. ALCÚDIA

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Desde hace años, la Fira d’Alcúdia se caracteriza por extender su oferta durante tres días, desde el viernes por la tarde hasta este domingo cuando se puso el sol. Este fin de semana no ha sido una excepción y durante todas estas jornadas ha habido tiempo para demostrar todo el potencial comercial, cultural y social que oferta el municipio.

Alcúdia disfruta de un entorno urbano que ayuda a que todo el entramado de la feria luzca y atraiga a cientos de visitantes, muchos de ellos aún turistas que disfrutan de las últimas semanas de la temporada. El recorrido de la ronda que sigue las murallas de la ciudad ha sido uno de los ejes de la Fira de este año. El Mercat Romà ha concentrado la oferta artesana, la animación y las distintas actividades dirigidas especialmente a los más pequeños.

Radiante

La jornada firera de este domingo se ha completado con la muestra de animales y razas autóctona, la exposición de motos y coches antiguos o un espectáculo ecuestre. Por la tarde, la Plaça de Carles V ha acogido el último acto de la Fira con una ballada popular con Tramudança, Sarau Alcudienc y Música Nostra. Esta actividad ha puesto el punto y final a tres días que arrancaron el viernes por la tarde con la inauguración de la Fira y la salida de los gegants de Alcúdia, acompañados por la colla de Xeremiers de Lluny, por las calles del centro. El viernes también se inauguraron las diferentes exposiciones incluidas en el programa y la velada acabó con la XXVI Mostra de Cuina de Casa.

El sábado llegó uno de los momentos más esperados, con la salida de los caparrots S’Estol del Rei en Jaume y Els Vilatans de Guinyent, que hicieron las delicias de los niños y niñas concentrados a las puertas del Ajuntament.