La entidad ecologista recuerda que el Pla d’Ordenació de Recursos Naturals (PORN) del Parc Natural de s'Albufera establece que la Conselleria competente en gestión forestal (en este caso, la de Agricultura, pesca i Medi Natural) puede acotar temporalmente, en los terrenos quemados, los aprovechamientos y actividades incompatibles con su regeneración - en particular el pastoreo y la caza- por un periodo superior a un año.
«La posibilidad de prohibir la actividad cinegética en zonas incendiadas tiene una clara justificación ambiental: en un hábitat absolutamente devastado, y hasta que la vegetación se recupere, la fauna es más vulnerable ante un cazador, ya que no tiene donde refugiarse», señala el GOB. La entidad ecologista destaca que, en esta época del año, miles de aves acuáticas del centro y norte de Europa se desplazan hacia las zonas húmedas del Mediterráneo para pasar el invierno. «El área quemada en estos dos incendios declarados en octubre pronto estará inundada y será muy atractiva para las aves, pero al mismo tiempo será una zona donde estos animales serán extraordinariamente vulnerables a la caza», advierte la entidad conservacionista.
De las 171 hectáreas quemadas por los dos incendios de octubre, 60 pertenecen a la zona de exlusión del Parc Natural, donde la caza estáprohibida; pero el resto, unas 110 forman parte de un vedado de caza.
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