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El Dijous Bo cumplió un año más las expectativas de los artesanos y feriantes que acuden a la feria más multitudinaria de Mallorca para dar a conocer sus productos y ampliar sus contactos comeciales. El tiempo fue un factor favorable para ello, pues aunque refrescó, la ausencia de lluvia invitó al público a detenerse entre los puestos de venta, curiosear e interesarse por los productos.

Los artesanos de Mallorca ocuparon los ejes centrales del recorrido ferial, distribuidos a lo largo de las calles Major y Comerç y desde la Plaça Mallorca hasta la Plaça des Bestiar, donde se concentraban las muestras de animales; esta última, cita obligada para quienes aún encuentran en el Dijous Bo el origen rural de la feria.

Los oficios tradicionales estuvieron representados a lo largo de la fira. Entre los veteranos estaban el afilador Antoni Martorell con su variedad de cuchillos y herramientas, y también la familia Capó, que salía por primera vez a exponer en la escalinata de la plaza de Santa Maria la Major las hermosas baldosas hidráulicas que fabrican desde hace medio siglo en su taller de Inca. También se vieron embutidos tradicionales, como sobrasadas y botifarrons, quesos, miel y mucha repostería dulce y salada. No faltaron los productos de temporada como los caquis, las mandarinas, las castañas, los boniatos y los turrones o los frutos secos para elaborarlos en casa. Incluso las poinsenttias o «navideños», que teñían de rojo la plaza España y un rincón de la avenida Bartomeu Coc.

Dijous Bo en Inca
Tres generaciones de la familia Capó salieron a la feria tras cincuenta años fabricando baldosas hidráulicas en Inca. Foto: L.O.
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A partir del mediodía, los mesones ambulantes y las terrazas montadas por las hamburgueserías móviles se fueron llenando. Mientras, en la Plaza Mallorca las empresas locales se daban a conocer entre los visitantes. Algunas hacían seguros de salud, otras captaban clientela para soluciones de energía e incluso un puesto de las galletas más famosas de Inca repartía sus formatos más prácticos para la merienda de los menores.

Volverán

Los vendedores ambulantes son conscientes de que el Dijous Bo, pese a ser la feria más multitudinaria de cuantas recorren alrededor de Mallorca, no siempre es donde más se vende. Pero sí se hacen contactos y se cierran tratos para fechas venideras, lo cual es un buen incentivo para los profesionales del sector.