Joan Perelló, con el esclata-sang que ha pesado más de 860 gramos. | Mateu Perelló

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Con la llegada del otoño en Mallorca, da comienzo a la esperada temporada de setas, una actividad que reúne tanto a expertos micólogos como a entusiastas de la naturaleza. Las lluvias y el clima mediterráneo de la isla ayudan a crear un entorno ideal para el crecimiento de hongos en zonas como la Serra de Tramuntana y los bosques de encinas, donde se encuentran algunas de las setas más buscadas en el archipiélago mallorquín, entre ellas el esclata-sang.

Joan Perelló, un gran aficionado a la recolecta de este hongo, ha encontrado un impresionante esclata-sang que pesa cerca de 862 gramos. «Lo localizamos entre Establiments y Esporles. Encontramos otras setas más pequeñas y de repente apareció este esclata-sang blanco. La verdad es que impresiona», ha señalado Perelló.

El descubridor de esta enorme seta ha explicado que nunca había visto algo igual. «Yo me había encontrado con especies que pesan entre 150 y 200 gramos, pero jamás había visto un 'animal' así», ha indicado.

El clima de la isla, no solo facilita el crecimiento de estas especies sino que también permite que la recolección de setas sea una actividad familiar y culturalmente relevante. A medida que el otoño avanza, los bosques mallorquines se llenan de recolectores que, armados con cestas de mimbre, buscan estos preciados hongos, siempre bajo la recomendación de respetar las normas de seguridad y sostenibilidad en la recolección.