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Los quintos del Pla cumplen con la tradición. Un año más, en pueblos de la comarca como Sant Joan, Maria de la Salut, Sineu, Montuïri o Petra han despertado con sus calles llenas de inocentadas. Y es que el 28 de diciembre en el Pla es sinónimo de bromas, aunque algunas de ellas rozan el vandalismo y es tarea de las brigadas municipales el tener que devolver las calles del municipio a la normalidad.

Montuïri ha sido uno de los pueblos en los que se han llevado a cabo inocentadas. Este año la plaza del pueblo ha amanecido ensuciada de entraña de cerdo. Además, la fachada del Ajuntament estaba llena de huevos. La alcaldesa de la localidad, Paula Amengual, ha asegurado que «pese a que quitar los huevos supone una tarea dura, entiendo que este día forma parte de la tradición».

En Sant Joan el Ajuntament ha amanecido con el cartel de 'Se vende' en su puerta junto a uno de prohibido perros y diferentes imágenes de fuegos artificiales, en clara alusión a la polémica que se vivió en el pueblo durante las fiestas de verano en las que, tras un referéndum, el Ajuntament canceló los tradicionales fuegos que cerraban los actos. Pese a todo, sí hubo fuegos, ya que algunos vecinos se saltaron la norma. En el balcón del consistorio se ha colocado también un gallo vivo. Paja, barreras, persianas rotas o banderas de España han llenado la calle principal. Tampoco ha faltado una felicitación de ‹Bon Nadal’ con el sello de los quintos que este año se han encargado de las inocentadas, los del 2004. El alcalde Richard Thompson se ha sumado a la ironía y ha asegurado que enviará «las fotos de las inocentadas a la Tate Modern de Londres. A lo mejor les interesa contratar a los quintos de Sant Joan para montar una instalación de arte en su galería».

En Lloret, los quintos se han dedicado a esparcir paja por las calles del centro y a tapar la puerta del Ajuntament como se ha hecho en los últimos años. También han colocado enseres en medio de la vía pública y han vandalizado algunas señales. El alcalde Sebastià Amengual considera que «se trata de inocentadas poco graciosas que consisten en ensuciar el pueblo y tienen muy poco de originalidad. Luego se convierten en horas de trabajo de la brigada y de la Policía Local para volver a la normalidad».

En Maria de la Salut se ha vuelto a repetir la situación del año pasado con unas bromas muy comedidas. El alcalde Jaume Ferriol ya negoció el año pasado con los quintos para pedirles que actuaran con prudencia y evitaran el vandalismo, a cambio de ayudarles en sus actividades. En 2023 funcionó y este año también, pues los quintos han dejado algunas sillas al revés en la plaza y han bloqueado con mesas la puerta del Ajuntament.

Los quintos de Sineu se han dedicado a esparcir paja y a cubrir con papel higiénico algunas esculturas del centro, además de pintar con sus nombres el pavimento de la Plaça des Fossar. De madrugada no han dudado en encender unos fuegos artificiales y también han dejado tirado el mobiliario de las terrazas de los bares por diversos puntos.

La figura del Pare Serra de Petra ha amanecido sin su cruz y los quintos han repartido paja por lugares emblemáticos como el carrer Major, la iglesia o las Escoles Velles.