Ya tuvimos ocasión de probar en su momento una versión con menor equipamiento del nuevo Hyundai Tucson y nos sorprendió muy gratamente y, en este caso, con un acabado superior, nos ha acabado de enamorar.
Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que es uno de los todoterrenos mejor acabados del mercado y lo que es más importante, con multitud de gadgets pendientes de la seguridad activa y pasiva de sus ocupantes, que hoy en día es básico para circular por carretera.
ESTÉTICA
Estéticamente ha mejorado muchísimo respecto a la versión anterior, ya que se ha visto cambiado su diseño desde todos los ángulos. Además, en este color metalizado, que es el del anuncio actual, el modelo es más llamativo aún.
La parte delantera se caracteriza por contar con unas luces de atractivo diseño, muy en la línea de los diseñadores asiáticos, en las que destaca el hecho de que sean muy finas y alargadas, con una iluminación tipo led en la parte interior de los parachoques, que son por cierto también muy voluminosos. De noche, al ser tipo led, iluminan la carretera de manera muy contundente.
La parte posterior del vehículo es quizá más discreta y no resulta tan innovadora como la delantera, pero sí que combina perfectamente con las formas de las luces frontales, además de disponer de una doble salida de escape muy ancha y cromada en un lateral.
La unidad que hemos probado en esta ocasión contaba con el propulsor 2.0 CRDi de 184 CV, que tiene un comportamiento muy diferente al de 115 que probamos en la ocasión anterior. El cambio automático se muestra muy eficiente en cualquier circunstancia, al tener dos modos de conducción, uno normal y el otro más deportivo (Sport), que deja que las revoluciones suban más antes de cambiar de marcha.
PRESTACIONES
Las prestaciones son bastante buenas, aunque por dimensiones y por peso es un vehículo que no sobresale mucho en este aspecto. Los 9'8 segundos que tarda para alcanzar los 100 Km/h son discretas, aunque en modo Sport la sensación de rotundidad se ve reforzada. También existe la posibilidad de conducirlo de forma semi-manual con un simple movimiento de la palanca de cambios.
El comportamiento en carretera es otro de los aspectos en los que el Tucson destaca bastante gracias al hecho de contar con tracción a las cuatro ruedas de forma permanente, lo que le confiere también un plus de seguridad en carretera.
En las curvas el vehículo se maneja muy bien, aunque las suspensiones se muestran excesivamente blandas en curvas cerradas, sin que por ello se vea modificado el trazado en las mismas.
El interior del Tucson, como hemos dicho, es el más alto de gama, con tapicería negra de piel muy agradable al tacto. El resto de acabados del salpicadero y de las puertas del vehículo es el mismo que el del resto de la gama. Si bien son de bastante calidad, sí que se aprecia un poco de abuso de los plásticos en algunas secciones, como por ejemplo el salpicadero.
La consola central cuenta con una estética muy atractiva, con una pantalla de grandes dimensiones en la parte superior, sin abusar en absoluto de los interruptores, ya que lleva los justos para un buen manejo de la climatización.
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