En esta última generación quizá se ha perdido el encanto «retro» de las anteriores y la firma nipona ha apostado claramente por un diseño mucho más futurista, con una línea con muchas más aristas, tanto en la parte anterior como en la posterior, lo cual le convierte en un modelo también mucho más deportivo.
La parte delantera se caracteriza por disponer de unos faros alargados, que cuentan con una línea de luz led de lo más atractiva. Los faros antiniebla son más bien discretos y están situados en la parte inferior del parachoques.
La parte posterior adopta unos faros mucho más minimalistas, de dimensiones reducidas, que recuerdan un poco a los del Ford Focus, que se caracterizan por sobresalir del conjunto.
MOTOR
El propulsor que hemos probado es el IG-T, una nueva unidadr de tres cilindros de 898 cc, que desarrolla una potencia máxima de 90 CV. Los motores de sólo tres cilindros turboalimentados han proliferado mucho últimamente en los vehículos de este segmento, lo que ha mejorado claramente la eficiencia energética de estos modelos. Lo que personalmente me genera dudas es su fiabilidad a largo plazo, aunque los motores japoneses no adolecen prácticamente nunca de problemas en ese aspecto.
Las prestaciones de este propulsor, sin ser espectaculares, son las normales en uno de 90 CV. Así, tarda 12,1 segundos para alcanzar los 100 Km/h con salida parada y la velocidad máxima es de 170 Km/h. El vehículo se muestra bastante eficaz a la hora de adelantar, ya que cuando se necesita potencia, el motor te la proporciona.
Donde se necesitarían mejores sensaciones es en la recuperación, ya que en marchas largas le cuesta un poco volver a subir devueltas.
El consumo es uno de los apartados donde este motor se muestra como uno de los mejores de su categoría, ya que los 4,4 litros a los 100 Km anunciados por la marca, nosotros los hemos subido sólo hasta los 5,2, una cifra que sigue siendo más que buena, excelente.
EN CARRETERA
En cuanto al comportamiento en carretera, se trata de un modelo que ha mejorado mucho en su tacto deportivo. El anterior tenía unas suspensiones mucho más centradas en la comodidad de sus ocupantes; en este caso el dinamismo es mucho mayor, ya que las curvas las afronta sin ningún tipo de balanceo.
INTERIOR
El interior es otro de los aspectos que ha recibido grandes cambios, tanto de calidad como de aspecto, que van unidos casi todos a un ámbito fundamental en un vehículo, que es la seguridad de los ocupantes, donde la marca nipona ha dado el do de pecho. Una de las decepciones del interior ha sido sin duda la habitabilidad de las plazas posteriores, ya que ha empeorado respecto a la generación anterior, aunque sí ha repercutido positivamente en un aumento de la capacidad del maletero, que ahora es mucho mayor, con 300 litros. Así, tres adultos sentados en la parte posterior del vehículo no disponen de demasiado sitio para colocar las piernas con comodidad, especialmente si son de estatura considerable, con lo que los viajes por carretera se pueden hacer muy largos.
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