Diseño
Exteriormente, la parte delantera del Velar cuenta con el mismo diseño que el Sport, con unos faros tipo led de dimensiones medianas que, por cierto, alumbran perfectamente de noche. De la parte delantera también destacan las entradas de aire donde teóricamente se sitúan los faros antiniebla y el parachoques perfectamente integrado en el conjunto.
La parte trasera es la que se diferencia mucho del Sport, con unos faros estrechos y alargados, situados en posición horizontal, que combinan muy bien con la estética del conjunto.
La unidad que hemos probado montaba el propulsor 2.0 diésel con doble turbo que le confiere 240 CV de potencia, que son más que suficientes. El cambio es automático de 8 velocidades, que no le va nada mal.
Propulsor
Se trata de un motor que cuenta con diferentes modos de conducción, con los que también se cambia la dureza de la amortiguación, lo cual es también interesante. Se trata de un propulsor que en modo Dymamic se revoluciona con gran celeridad y proporciona unas prestaciones realmente buenas al activarse el segundo turbo, donde la rumorosidad también aumenta de forma clara sin llegar a ser molesta.
Los 7,3 segundos para acelerar de 0 a 100 Km/h o los 217 Km/h de velocidad máxima ilustran perfectamente el carácter semi-deportivo de este SUV de grandes dimensiones. El consumo del Velar es realmente bajo teniendo en cuenta las dimensiones, potencia y peso del vehículo, ya que los 5,8 litros a los 100 km anunciados por la marca nosoros los hemos elevado sólo hasta los 6,7, que es también una gran cifra.
En cuanto al comportamiento en carretera, el Velar no defrauda en ningún tipo de situación. En carretera, gracias a unas suspensiones neumáticas prácticamente perfectas, traza las curvas sin subvirar en ningún momento, aunque el balanceo sea algo pronunciado en un modo que no sea el Dynamic.
Es un modelo perfectamente válido para llevarlo por cualquier terreno gracias al modo de conducción off road, que hace subir de forma considerable la suspensión, aunque nos daría pena llevarlo por terrenos donde pudiera sufrir golpes la carrocería.
Interior
El interior es realmente un festival para los sentidos. Sólo subirnos al vehículo nos damos cuenta de que la marca Range Rover ha echado el resto a la hora de diseñarlo, tanto por la estética como por las calidades y la tecnología integrada. Se trata de un interior diáfano comandado en la enorme consola central con dos grandes pantallas de excelente visibilidad, desde donde se puede controlar la gran mayoría de funciones configurables del vehículo. Son dos mini ordenadores personales que requieren un cursillo para saber manejarlos, aunque realmente su activación es bastante intuitiva.
El manejo táctil rige prácticamente todo el vehículo. El marcador, en el cual tampoco hay ni un solo indicador analógico (de agujas), cuenta también con toda la información digital, aunque hay múltiples configuraciones posibles, al gusto del consumidor. El interior en sí es amplio y cómodo, complementado con los 673 litros de capacidad del maletero, que permiten llevar una gran cantidad de carga.
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