BMW en pocos años ha dado un cambio enorme y ha apostado claramente por los motores ecológicos en dos opciones diferentes, bien con los modelos totalmente eléctricos como el i3 o el i8, que hemos tenido la ocasión de comprobar que van genial, o por el que hoy nos ocupa, que también resulta muy interesante, pero que requieren tener el vehículo en un garaje con enchufe.
Los híbridos no enchufables parten con ventaja porque no requieren estar pendientes de tener a mano un enchufe para disfrutar de una conducción ecológica, aunque en carretera la cosa cambia, y pueden incluso llegar a consumir más que los modelos que llevan únicamente motor de gasolina.
En cuanto a la estética, este BMW Serie 2 Active Tourer Híbrido enchufable se distingue del resto de la gama Active Tourer por dos o tres detalles, básicamente. Por una parte, la parrilla delantera cuenta con el color azul en el cromado, color que generalmente distingue a los vehículos ecológicos de los que no lo son. El otro detalle es el de tener otra pequeña ‘ventanita' donde poder enchufar el vehículo.
MOTOR
En cuanto al motor, el BMW 225xe monta un motor de gasolina de tres cilindros, que dispone de una potencia máxima de 136 CV, que va combinado con un motor eléctrico de 66 kW (88 cv de potencia), situado en la parte posterior del vehículo que trasmite su rendimiento al tren posterior. En total ofrece una potencia máxima de 224 CV, cifra que no está nada mal.
Esta combinación mecánica permite que este modelo pueda tener tracción a las cuatro ruedas cuando los dos motores actúan de forma conjunta.
Además, este vehículo permite circular sólo con la tracción delantera si sólo se usa el motor de gasolina y únicamente con la tracción trasera si se utiliza el modo 100% eléctrico.
En cuanto a prestaciones, el Serie 2 Active Tourer Híbrido ofrece unas cifras muy buenas ya que alcanza los 100 km/h en 6,1 segundos y con el modo eDrive (100 eléctrico) se puede circular hasta 125 km/h sin que entre en funcionamiento el motor de combustión. La velocidad punta del coche usando los dos propulsores es de 202 km/h. La batería (de 5,8 kWh útiles) permite una autonomía eléctrica de hasta 41 kilómetros.
En cuanto a consumo, nosotros hemos conseguido una media de 4 litros a los 100 Km, que es bastante bajo para las prestaciones y el tipo de conducción que hemos llevado a cabo.
El interior no difiere en exceso del modelo no híbrido, aunque tiene algunos detalles en azul que el modelo de combustión no lleva.
La comodidad y la amplitud interior son dos de sus grandes atributos, lo cual facilita que se puede viajar en él de forma muy cómoda, además de permitir una gran cantidad de carga gracias a los 400 litros de capacidad, que se ve disminuido 68 litros respecto al modelo de motor de combustión por el hecho de tener alojado el motor eléctrico en la parte posterior del vehículo.
El marcador es el clásico de la marca alemana, con la información extra de la carga del propulsor eléctrico. En la parte central dispone de una pantalla que sobresale, cosa que le resta puntos desde mi punto de vista porque a nuestro entender es mejor que estén totalmente integradas.
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