Hay muchas formas de lavar un coche: en un túnel de lavado, en 'casa', con productos específicos, con métodos más caseros... Pero sea cual sea el que se elija, hay que asegurarse de que es lo que nuestro vehículo necesita.
Tanto en invierno como en verano, tener el coche limpio ayudará a evitar que la carrocería y la pintura se deterioren. Además, una buena limpieza podrá incluso salvarnos de alguna multa, como las infracciones por llevar la matrícula demasiado sucia.
Para asegurarnos de ejecutar una limpieza correcta e integral que no dañe nuestro vehículo y que lo deje limpio y reluciente, tenemos que estar atentos a ejecutar estos diez pasos.
Hay que diagnosticar el estado del coche y el grado de suciedad para planificar en condiciones como abordar el proceso de limpieza. También la edad del vehículo exigirá un tipo de productos u otro.
Hay que saber bien qué productos estamos utilizando y para qué usos están indicados, ya que un error puede dañar la pintura o el interior del coche. Es conveniente seguir las instrucciones al pie de la letra.
Para eliminar toda la suciedad a la perfección hay que asegurarse que el trapo está limpio. Por eso es necesario usar tres cubos distintos de agua: uno con agua y jabón, otro solo con agua y un tercero solo para neumáticos y llantas.
Es conveniente enjuagar el coche primero antes de empezar a enjabonarlo. Lo más recomendable es usar una manguera o agua a presión pero con rociar un par de cubos de agua servirá. Así se elimina el polvo y se ablanda la suciedad.
Una vez hecha la primera limpieza superficial se apreciarán mejor las manchas más duraderas. Usar una barra de arcilla puede eliminarlas más fácilmente. Habrá que tener cuidado con los arañazos.
Una vez que hayamos lavado el vehículo y preparado la superficie, podremos proceder a pulir el vehículo para obtener una apariencia de brillo extraordinario que puede dar a la pintura un aspecto de espejo.
Nunca hay que saltarse la cera ya que no solo sirve para dar brillo, sino que también protege la pintura del coche frente a los rayos ultravioleta o a sustancias corrosivas, como los excrementos de los pájaros.
Es importante mantener el brillo y la protección de manera regular. Un delineador en aerosol y un paño de microfibra limpio en el maletero pueden ser útiles para eliminar rápidamente el polvo, el exceso de rocío y los excrementos de pájaros en caso de necesidad.
Usar un producto específico para limpiar las ventanas y los cristales es crucial para que estén impolutos. Hay que evitar productos con amoniaco, que pueden dañar las ventanillas del coche.
En caso de duda, es recomendable elegir un limpiador de ruedas no demasiado potente. Tampoco es recomendable echar el producto directamente sobre el neumático, ya que es posible que al arrancar salpique sobre la pintura recién limpia.
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