Hay que decir que todos los modelos de la marca japonesa Suzuki ya sólo están a la venta con versiones microhíbridas, exceptuando el nuevo Across, que se pone a la venta en una única versión híbrida enchufable, la primera la de la firma nipona.
Esta versión más deportiva del modelo ha tenido cierta intermitencia, ya que ha habido alguna generación que ha carecido de una versión de este tipo, lo cual es una pena.
Estéticamente, la versión Sport cuenta con algunos spoilers pero en general se ha optado por una estética más bien discreta, que desde mi punto de vista es un acierto. La parte delantera se caracteriza por disponer de unos faros tirando a cuadrados, con una luz led de día de lo más interesante y con un faldón para conferirle deportividad.
De la parte posterior podemos destacar la doble salida de escape separada en los laterales y el pequeño difusor en la parte más baja del parachoques.
El motor elegido para esta versión es el conocido 1.4 BoosterJet Hybrid, que tiene funcionamiento muy bueno. La potencia de su propulsor térmico se ha visto levemente disminuida ya que ha pasado de unos razonables 140 CV a 129 CV. A cambio, se le ha incorporado la tecnología micro-híbrida, la cual dota a esos 129 CV de 14 CV en momentos determinados de aceleración, lo que le hace llegar hasta los 143 CV reales. Además, se consigue reducir las emisiones de CO2 y el consumo de combustible.
El propulsor de 1.4 litros de cilindrada muestra una gran finura de funcionamiento, lo cual mejora la comodidad de los ocupantes en ruta.
La aceleración del vehículo es muy progresiva, sin tirones, y permite hacer los adelantamientos con bastante facilidad en marchas largas. El turbocompresor ayuda mucho en todos los sentidos.
Los 210 Km/h de velocidad máxima y los 9,1 segundos que tarda para pasar de 0 a 100 Km/h muestran bien a las claras que se trata de un motor más que interesante para circular alegremente por las Islas.Los 5,6 litros de consumo medio anunciados por la marca sólo nos han subido hasta los 6,7, que también es una cifra excelente con la potencia de la que dispone el modelo.
Lo que más nos ha sorprendido agradablemente de este Swift ha sido sin duda el comportamiento en carretera, ya que la estabilidad de este modelo es más bien la de un vehículo de mayores dimensiones. En las curvas cerradas se mantiene muy firme, sin que se llegue a hacer incómodo para los ocupantes en ningún momento. Gran equilibrio en la amortiguación.
El interior no tiene nada que ver con los Swift de hace tiempo o incluso con el de otros modelos de la marca. Cuenta con un marcador analógico muy interesante y bastantes detalles de color rojo deportivo en todas partes. Los dos semicírculos se complementan con una pantalla a color en la parte central donde se da información del ordenador de a bordo para el conductor.
La consola central está presidida por la pantalla táctil clásica de la marca, que complementa la información del ordenador de a bordo, que es intuitiva y permite configurar aspectos del vehículo.
De este modelo también cabe destacar el apartado de seguridad, ya que cuenta con todos los gadgets de los que disponen vehículos de superior categoría y entidad. Este modelo equipa algunas de las innovaciones tecnológicas que ha incorporado la marca japonesa en prácticamente toda la gama de productos que tiene actualmente en el mercado. El maletero es algo justo, aunque los 265 litros dan mucho de sí cuando los exprimes al máximo.
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