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FRANCE PRESS - LA HABANA El retorno de la Navidad a Cuba, casi 30 años después de que fuera suprimido el carácter festivo del 25 de diciembre, estuvo envuelto ayer por una tibia atmósfera que la Iglesia católica pretendió animar con llamamientos a la población a rescatar una tradición y a no tener miedo a expresar su fe.

«Son muchos años sin que haya habido una celebración pública de la Navidad, se nos ha olvidado, nos hemos hecho extraños a las costumbres de nuestros mayores, de nuestros antepasados», dijo la pasada madrugada en su homilía de la Misa del Gallo el cardenal Ortega, arzobispo de La Habana.

Los festejos navideños en la isla se evaporaron cuando en 1970 el Gobierno suspendió el festivo del 25 de diciembre para que la población se sumara masivamente a la cosecha azucarera.

A principios de este mes, el Gobierno cubano restableció el festivo de Navidad de manera permanente. Aunque las calles de La Habana reflejaron la víspera un ambiente frío, con escasos adornos navideños en los aparadores, en muchos hogares se festejó la cena de Navidad y los templos católicos estuvieron concurridos.