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EFE-EL VATICANO El Papa considera que son un asalto los intentos de la actual «cultura de la muerte» de normalizar por ley la eliminación de los enfermos graves y moribundos mediante la eutanasia o el suicidio asistido.

El problema es de rabiosa actualidad en Italia, tras el procesamiento de Ezio Forzatti, maestro de 49 años, que el pasado 21 de junio provocó la muerte de su esposa, gravemente enferma, al retirar el respirador que la mantenía en vida, en la cama de un hospital de Monza (norte de Italia).

El Papa les ha hablado, ayer, en el Vaticano, del fenómeno del «abandono del moribundo que se está extendiendo en la sociedad desarrollada». En el análisis de las causas de dicho fenómeno, el papa Wojtyla ha señalado la cultura del «bienestar material», que oculta la muerte como un «sinsentido», y a veces propone «su anticipación indolora».

Al bienestar material van asociados la apelación de ciertas corrientes de pensamiento a «la autonomía absoluta del hombre, como si fuese autor de su propia vida», con la exaltación del suicidio y la eutanasia como «formas paradójicas de la afirmación y al mismo tiempo la destrucción del propio yo».

En ese sentido, Su Santidad ha señalado la necesidad de que las comunidades cristianas sigan promoviendo la asistencia a los ancianos solos, a los enfermos graves, a los moribundos, llevándoles apoyo económico y calor humano, como han hecho los santos a lo largo de la historia, y Madre Teresa de Calcuta, en tiempos recientes. según recordó ayer.