Un centenar de representantes de once países de la UE asistieron
ayer a la constitución del Consejo Europeo de Acción Humanitaria y
Cooperación, que presidirá el español David Balsa, y cuyos fines
son erradicar el hambre y la pobreza del mundo y velar por el
respeto de los derechos humanos.
El Consejo, con sede en la ciudad de Bruselas y delegaciones en
diferentes países europeos, «trabajará desde Europa para conseguir
un mundo más justo y solidario», y establecerá una relación
especial con la Comisión Europea y el Consejo de Europa, según
David Balsa.
Sobre tres claves -defensa de los derechos humanos, fomento de
la solidaridad internacional y europeísmo activo- se asientan la
estructura y fines del Consejo, según consta en el acta
fundacional, que explica también que la coordinación de actividades
estará a cargo de un Comité Ejecutivo Europeo.
El Consejo, independiente y autónomo de los gobiernos
nacionales, «promoverá una corriente de opinión en Europa a favor
de una nueva relación de la UE con los países subdesarrollados y la
creación de un Programa de Acción Norte-Sur para que en siete años
se elimine toda la deuda del Tercer Mundo», explicó Balsa.
Una vez constituido, la primera acción del Consejo fue pedir la
liberación de la birmana Aung San Suu Kyi, Premio Nóbel de la Paz
1991, y la vuelta a la democracia de Birmania, donde impera la
dictadura militar desde hace 37 años.
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