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En los coches 'monovolumen', destinados a las familias numerosas o a aquellas que lo hacen con mucho equipaje, los choques laterales se superan bien pero en el choque frontal las lesiones mortales se multiplican, según un informe realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Las imágenes a cámara lenta del choque frontal «pone los pelos de punta» ya que a, una velocidad de 64 kilómetros por hora y un impacto contra una superficie deformable con la que sólo se topa el 40% del vehículo, el espacio de las piernas del conductor queda totalmente invadido por los pedales y otras partes metálicas, además de que la chapa del suelo «se desgarra», señala la OCU en el último número de su revista, «OCU-Compra Maestra».

«Hay casos aún más graves para el conductor, como el del Chrysler Voyager, donde no saldría con vida; el del Opel Sintra, en el que las lesiones en el pecho serían gravísimas; o el del Mitsubishi Wagon, cuyo airbag no sirve para poner a salvo la cabeza», indica en su análisis.

Resultados tan negativos, según OCU, pueden explicarse en parte por la dificultad que encierra el diseño de un vehículo con una parte delantera corta, que además sea capaz de absorber toda la energía que libera un impacto frontal, de manera que el habitáculo no sufra deformaciones. «Pero es posible hacerlo un poco mejor, como lo demuestra el hecho de que haya dos modelos, el Renault Space y el Toyota Picnic, que no salen tan mal parados».