El llamado «mal de la vacas locas» se destapó hace tres años en el Reino Unido.

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EUROPA PRESS - BRUSELAS La Comisión Europea decidió oficialmente el 14 de julio levantar, bajo condiciones, a partir del 1 de agosto el embargo sobre la carne de vacuno británica decretado el 27 de marzo de 1996 para luchar contra la posible extensión de la encefalopatía espongiforme bovina (ESB) más conocida como «enfermedad de las vacas locas».

La ESB puede provocar, en condiciones que aún no han sido determinadas claramente, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob que provocó la muerte de unas 40 personas en Reino Unido.

A pesar del levantamiento del embargo, la Comisión ha rodeado su decisión de condiciones muy estrictas, estimando que no se puede confiar ciegamente en las pruebas de detección de la ESB en las fases previas de la enfermedad.

Las exportaciones de animales vivos no se permiten. Se comercializará exclusivamente la carne deshuesada de animales de entre seis y 30 meses, con garantías de sanidad en la madre y denominación de origen.

Las explotaciones ganaderas que podrán exportar carne tendrán que demostrar que no han sufrido brotes de ESB desde hace más de seis meses y las normas de sacrificio y de tratamiento de la carne tendrán que corresponder estrictamente a las emitidas por los comités científicos de la UE.

Estas condiciones demuestran que en Bruselas no esperan una reanudación inmediata de las exportaciones en el continente. Varios países europeos se han mostrado reservados sobre la decisión de la Comisión pero «todo se ha realizado de forma muy rigurosa y no había ningún motivo para continuar esperando más tiempo», comentó un responsable de Bruselas.

El ministro francés de Agricultura, Jean Glavany, a pesar de estimar que no hay ninguna posibilidad de que el vacuno británico «inunde» a corto plazo el mercado, ya ha anunciado que Francia tomará medidas para informar a los consumidores. «Es necesario que los franceses sepan qué carne están comprando», dijo.