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Una nueva técnica de trasplante parcial de hígado que aprovecha la autorregeneración del órgano se convierte en la nueva esperanza de vida para enfermos que hasta ahora parecían estar desahuciados.

El nuevo procedimiento consiste en la utilización de un trozo de hígado de un donante vivo, a diferencia de los injertos tradicionales en los que se trasplantaban órganos completos de cadáveres. Se aplica para enfermos desahuciados, principalmente de cáncer, pero también de hepatitis y cirrosis hepática grave.

La técnica recibió un importante impulso hace un mes cuando el Directorio de la Red Unidad para Compartir Organos aprobó una política referida a la división del hígado para casos de trasplantes.

Por otra parte, fuentes médicas indicaron que la nueva técnica, aplicada en poco menos de 100 trasplantes en Estados Unidos, ha sido una solución parcial para la escasez de hígados utilizables y compatibles.

El médico Amadeo Marcos, que ha realizado 36 de ese centenar de injertos, afirma que «la mayoría de esos trasplantes, en los que se utilizó el lóbulo derecho del hígado y de donantes vivos, han sido exitosos».