El consejero andaluz de Asuntos Sociales, Isaías P. Saldaña, presentó un balance de su gabinete.

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El presidente de la Federación Nacional de Residencias Privadas evaluó que puede haber cerca de 2.000 centros ilegales en el territorio nacional.
Molla dijo que estos centros ilegales se instalan en pisos de no más de cien metros cuadrados, o en chalés, con una media de 10 ó 12 personas mayores en cada uno de ellos.

Según Molla, en España «hay déficit» de camas para personas mayores y, mientras en otros países europeos o en Estados Unidos, la media es de cinco o seis camas por cada cien personas de más de 65 años, en el caso español esa cifra se reduce a 2'5.

«Estamos en una situación crítica; hacen falta 150.000 camas de aquí a dos años para equipararnos a Europa», opinó; y también defendió una mayor coordinación entre lo público y lo privado a la hora de planificar la construcción de residencias de ancianos.

Tras la clausura anteayer de dos residencias de estas características en Dos Hermanas (Sevilla) por la Junta de Andalucía, el presidente de la Federación Nacional de Residencias Privadas defendió que se consideren estas actividades un delito, como en otros países de Europa, ya que con la legislación actual sólo son objeto de sanciones administrativas o económicas.

También remarcó la necesidad de un mayor control y coordinación entre las diferentes administraciones para resolver el problema que genera este asunto.
Explicó que desde las diferentes asociaciones de la federación que preside se denuncian los centros ilegales que se descubren y precisó que, en el caso de Madrid, se han cursado quince denuncias ante las autoridades de la Comunidad madrileña.