Un equipo médico del Hospital de Cabueñes, en Gijón, intenta
mantener con vida el feto que se desarrolla en el útero de una
mujer clínicamente muerta para cumplir con la última voluntad de la
madre. La mujer, de 30 años, cuya identidad no se ha facilitado así
como las circunstancias que la han conducido a su actual situación,
lleva dos semanas con encefalograma plano, pero sus constantes
vitales, como el pulso y la respiración, se mantienen de manera
artificial, y el feto continúa su gestación, confirmó el gabinete
de prensa del centro sanitario.
Pese al hermetismo impuesto por la autoridades del centro,
fuentes hospitalarias consultadas revelaron que, antes de entrar en
situación irreversible, la mujer pidió a los médicos que hicieran
todo lo posible por salvar a su hijo.
Un juez autorizó al equipo médico a mantener con vida artificial
a la madre para salvar a su hijo y de esa forma cumplir con su
última voluntad.
El feto lleva 24 semanas de gestación, pero, según los médicos,
todavía es prematuro provocar el alumbramiento mediante una
cesárea. La situación debería prolongarse durante al menos dos
semanas más para que el neonato tuviera posibilidades de sobrevivir
al parto provocado. El cuerpo sin vida natural de la madre actúa a
modo de incubadora, según la comparación efectuada por uno de los
facultativos que la atiende para explicar el caso.
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