El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dijo ayer que
«España es un país racista y cada vez lo demuestra más» y añadió
que las actitudes xenófobas de desprecio y odio a lo diferente
tienden a crecer.
Garzón clausuró ayer en San Lorenzo de El Escorial un curso de
verano de la Universidad Complutense sobre Derechos Humanos con una
ponencia sobre «el fenómeno de la inmigración en Europa y su
influencia en el ámbito de los derechos humanos».
El magistrado advirtió al comienzo de su intervención que «voy a
hacer algunas reflexiones que no van a ser políticamente
correctas», porque «no voy a cantar las alabanzas de una normativa,
me refiero a la española, que yo no comparto y que deja mucho que
desear».
Explicó que el problema de la inmigración ilegal es una realidad
«consentida oficialmente por el Ejecutivo o por quien tenga la
obligación de perseguir las conductas ilegales».
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