La reina Sofía se trasladó ayer a Barcelona para dar las
condolencias de la Familia Real a Juan Antonio Samaranch por la
muerte el sábado de su esposa, María Teresa Salisachs.
La Reina ya habló por teléfono con los hijos del matrimonio,
Juan Antonio y María Teresa Samaranch Salisachs, a los que dio el
pésame, al igual que ayer lo hizo con el presidente del Comité
Olímpico Internacional (COI).
María Teresa Salisachs, que en diciembre habría cumplido 69
años, fue incinerada ayer a mediodía en el cementerio de Montjuïc
en una ceremonia que ha durado unos quince minutos y a la que, a
pesar del deseo de intimidad de la familia, han asistido numerosas
personalidades y amigos de la familia. Además de la reina Sofía, a
lo largo del día de ayer pasaron por el domicilio familiar los
presidentes del Gobierno, José María Aznar, y de la Generalitat,
Jordi Pujol; los ministros de Exteriores y de Educación, Cultura y
Deportes, Josep Piqué y Pilar del Castillo; y el líder del PSC,
Pasqual Maragall.
El funeral en memoria de la mujer de Juan Antonio Samaranch está
previsto que tenga lugar hoy en la catedral de Barcelona a partir
de las 20.30 horas. El presidente del Comité Olímpico Internacional
(COI), Juan Antonio Samaranch, ha dicho en Barcelona, a la entrada
de su domicilio, que su mujer, María Teresa Salisachs, «era una
mujer maravillosa, a la que más que querer, admiraba».
Samaranch había regresado el sábado de Sydney, poco después de
la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, ante el
agravamiento del estado de salud de su esposa. Como confirmó ayer
en declaraciones a la prensa nada más llegar a Barcelona, Samaranch
se enteró de la noticia «por teléfono en el avión».
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