El defensor del Pueblo, Enrique Múgica, ha redactado un informe
interno donde advierte que la situación en la que presta sus
servicios el personal de la Oficina del Defensor del Pueblo no
podría resistir ni la más liviana de las inspecciones en materia de
salud y seguridad del trabajo.
«La falta de medios y espacios ha llegado hasta tal extremo que
algunas de las zonas para los servicios administrativos han tenido
que comprimirse hasta diez puestos de trabajo, o que la zona que se
utilice como almacén para material no inventariable, dentro de la
cual hay un puesto de trabajo, sea una antigua caja fuerte
originalmente prevista para la custodia de expedientes, que no
dispone de más salida de luz y aire que la misma puerta».
Enrique Múgica subraya que el desfase entre las necesidades y
los medios efectivamente disponibles resulta ya «demasiado grande»,
y advierte que está previsto en este año superar las 30.000 quejas
individuales, casi 10.000 más que en el pasado año, a lo que debe
sumarse que algunos de los colectivos que ha recibido esta
institución son presentados por más de seis mil interesados.
«El defensor del Pueblo "continua el informe" no puede incurrir
por falta de medios en los mismos vicios y dilaciones que denuncia,
pues de hacerlo corre el riesgo de ser percibido por los ciudadanos
como una parte más de la compleja y, a veces, extraordinariamente
lenta maquina de las administraciones públicas».
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