Los restos del bosquimano disecado conocido como Negro de Banyoles
fueron inhumados ayer miércoles en un parque público de esta
capital, donde recibieron honores hasta ahora sólo reservados a los
héroes nacionales.
Más de 2.000 personas asistieron al acto, en el que participaron
representantes de España, Botsuana y de la Organización para la
Unidad Africana (OUA), así como la plana mayor del Ejército y la
flor y nata de la sociedad civil de este país de Àfrica Austral. La
ceremonia dio inicio a primera hora de la mañana, tuvo dos horas de
duración y transcurrió bajo un sol de justicia, de cuyos rayos
abrasadores las mujeres que formaban parte de la engalanada
multitud trataban de protegerse con pamelas y paraguas.
Barbara Mogae, esposa del presidente botsuanés, Festus Mogae,
fue una de las primeras personalidades que ocupó su sitio en el
estrado de autoridades levantado en el parque Tsholofelo, lugar del
enterramiento cuyo nombre en idioma local tswana significa
Esperanza.
El vice-secretario general de la OUA, el mozambiqueño Daniel
Antonio, el ministro botsuanés de Exteriores, Mompati Meraphi, el
embajador español en Botsuana, Eduardo Garriges, y el resto del
cuerpo diplomático acreditado en este país, además de participar
miembros del generalato local.
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