El Cuerpo Nacional de Policía ha desarticulado una red de
inmigración ilegal que introducía mujeres procedentes de Sudamérica
y del Este de Europa para obligarlas a ejercer la prostitución en
clubs de alterne de Canarias y Asturias, a donde eran trasladadas
desde Madrid.
La operación policial se ha saldado con la detención de 26
integrantes de la organización, que controlaba más de cien mujeres,
a las que cobraban 900.000 pesetas para transportarlas a España a
cambio de un contrato ficticio de trabajo.
Los miembros de esta red captaban a las mujeres en los estratos
sociales más bajos de sus países de origen. Les entregaban un
billete de ida y vuelta, una certificación que acredita que la
persona que la porta se traslada de vacaciones al lugar de destino
y 2.000 dólares. Asimismo, les indicaban el tipo de peinado y ropa
que debían llevar para no llamar la atención de los agentes que
prestan sus servicios en fronteras, además del itinerario a seguir,
accediendo a España a través de vuelos domésticos de terceros
países como Italia.
La entrada de las mujeres se producía a través del aeropuerto de
Madrid-Barajas, donde miembros de la organización les obligaban a
reintegrar los 2.000 dólares, las trasladaban a un piso de Madrid y
las distribuían posteriormente en clubes de alterne de Asturias
(Oviedo, Gijón, Mieres y Sama de Langreo) y Canarias (La Oliva y
Pájara). De esta manera, las mujeres eran literalmente vendidas a
otros integrantes de la red, por cantidades superiores a 2'5
millones de pesetas.
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