Los buzos ocupados en el rescate de los marinos muertos en el
naufragado submarino nuclear «Kursk» rescataron ayer los primeros
tres cadáveres de tripulantes, informó la Armada rusa.
Mijaíl Motsak, jefe del Estado Mayor de la Flota del Norte,
informó de que los cadáveres fueron hallados tras explorar los
submarinistas los compartimentos octavo y noveno de los diez que
tenía en submarino naufragado, ambos situados en la popa. Según
Motsak, los primeros cadáveres fueron extraídos por los buzos desde
el submarino y colocados en un contenedor subacuático especial,
tras lo cual se procedió a reflotarlos a la superficie junto con el
equipo de buzos que los había localizado a bordo.
Fuentes navales aseguraron que los trabajos continuarán toda la
noche, salvo que se vean paralizados por una tormenta, donde los
buzos trabajan «a tientas» entre el laberinto de pasillos y
equipos, con una visibilidad bajo el agua de solo 80 centímetros.
Este fue el primer resultado de la complicada operación, iniciada
el pasado sábado en el mar de Barents por un equipo internacional
de buzos rusos, noruegos y británicos para recuperar los restos de
los 118 tripulantes del submarino, orgullo de la Armada rusa.
El ruso Serguéi Shmiga fue el primero en asomarse dentro del
«Kursk» para explorar los enigmas de su hundimiento y buscar los
cuerpos, asesorado desde fuera por otro buzo ruso y uno noruego, en
medio de una tempestad que amenaza con frustrar los trabajos. En la
primera exploración en el interior del submarino se habían
explorado los compartimentos ocho y nieve, aunque se tardó en
encontrar los primeros restos.
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