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Los cosmonautas rusos Serguéi Krikaliov y Yuri Gidzenko y el estadounidense Bill Shepherd partieron ayer rumbo a la Estación Espacial Internacional, para convertirse en los primeros habitantes del laboratorio orbital del siglo XXI. El Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia informó de que los cosmonautas viajaron al espacio a bordo de la nave «Soyuz TM-31», propulsada por un cohete portador «Soyuz-U».

El «Soyuz-U» despegó a las 07.53 GMT desde el cosmódromo de Baikonur, en la república centro-asiática de Kazajistán, y «fue todo un éxito», comunicaron los ingenieros del CCVE, quienes recibieron las felicitaciones desde París del presidente de Rusia, Vladímir Putin. Diez minutos después del lanzamiento, a las 08.03 GMT, el cohete puso en su órbita a la nave «Soyuz» con sus tres tripulantes. Según el programa de vuelo, el «Soyuz TM-31» inició las maniobras de aproximación para acoplarse a la Estación Espacial Internacional mañana 2 de noviembre a las 09.19 GMT.

Shepherd, Krikaliov y Gidzenko se acomodaron dentro de la cápsula tres horas antes del lanzamiento, después de cumplir con los ritos de los cosmonautas rusos. Un sacerdote ortodoxo con un hisopo roció con agua bendita el autobús en el que se trasladaron a la plataforma de lanzamiento para alejar los malos augurios, porque el número de serie del cohete «Soyuz» finaliza con tres números seis, que según la Biblia corresponde a la cifra del diablo.

Previamente a la salida de la residencia donde habían dormido, tomaron una copa de champán acompañada de un pepinillo en salmuera. Antes de acostarse anoche, y en otra tradición de la cosmonáutica rusa, asistieron a la proyección de una película antigua soviética.