Imagen del acoplamiento en la pantalla del Centro de Control Espacial.

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La nave «Soyuz TM-31», con los rusos Yuri Guidzenko y Serguéi Krikaliov y el norteamericano Bill Shepherd, atracó a las 09.21.40 GMT en uno de los cuatro muelles del módulo ruso «Zvezdá», uno de los tres segmentos que integran el ingenio espacial. «Todo ha ido bien», dijo una portavoz del Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) de Rusia, mientras a su lado los ingenieros y técnicos aplaudían por el éxito de la operación.

Tras igualar la presión atmosférica entre la «Soyuz TM-31» y el «Zvezdá» y comprobar los sistemas de enganche, Shepherd abrió la escotilla y entró en la ISS (siglas en inglés de la Estación Espacial) a las 10.54 GMT. Al entrar a la casa espacial, los cosmonautas «encendieron la luz», instalando varias lámparas para el primer reportaje televisado desde la órbita. El enganche de la «Soyuz TM-31» con la ISS se efectuó automáticamente. Fue el primer acoplamiento de una nave de la clase «Soyuz» con la ISS, adonde antes sólo habían llegado expediciones temporales a bordo de transbordadores estadounidenses.

La «Soyuz TM-31», una de las naves tecnológicamente más completas de la cosmonáutica rusa, permanecerá acoplada a la ISS medio año, como cápsula para evacuar a la tripulación en caso de emergencia. Shepherd, Guidzenko y Krikaliov integran la Expedición Uno que habitará permanentemente la ISS, ciudad espacial pionera en cuya construcción participan 16 países.

Durante los 117 días que permanecerán en la ISS, los astronautas pondrán en funcionamiento permanente todos los sistemas vitales que garantizan la vida a bordo. Los cosmonautas conectarán los sistemas al ordenador central del ingenio, instalarán nuevos aparatos, sincronizarán los sistemas de comunicación con la Tierra y realizarán las primeras pruebas y mediciones científicas y médicas.